Madrid, 18 abr (.).- El Banco de España tramitó el año pasado 11 expedientes sancionadores contra entidades y sus cargos de administración y dirección, en el ejercicio de sus atribuciones como supervisor del sector financiero español, frente a los 9 expedientes tramitados en 2022.
Según la Memoria de Supervisión de 2023 publicada este jueves, nueve de estos expedientes se tramitaron por aspectos prudenciales, de los que se resolvieron seis, todos ellos contra las correspondientes entidades y sus respectivos cargos de administración y dirección (en total, 54 personas físicas expedientadas).
En este ámbito prudencial, el Banco de España ha puesto el foco en el control interno de las entidades, en la gestión de sus riesgos y su gobernanza y en el mantenimiento del nivel de recursos propios suficientes para poder hacer frente a los riesgos asumidos y a posibles perturbaciones.
Por ello, en 2023 se encontraban en tramitación cuatro expedientes de esta naturaleza (control interno), de los que tres se resolvieron, frente a un establecimiento financiero de crédito, una cooperativa de crédito y una entidad de dinero electrónico (EDE), así como frente a cargos de administración y dirección de dichas entidades.
El expediente restante, no resuelto en 2023, se incoó al final del año frente a otra cooperativa de crédito y sus respectivos cargos de administración y dirección.
Por otra parte, las sociedades de tasación y sus respectivos cargos de administración siguen siendo una prioridad supervisora para el Banco de España, que destaca dos expedientes resueltos en 2023, por conductas relativas a su organización, procedimientos y mecanismos de control interno.
Finalmente, se han tramitado expedientes en ámbitos relativos al cumplimiento de las normas sobre adquisición de participaciones significativas (expediente incoado contra una EDE y algunos de sus accionistas, resuelto en 2023) o al intrusismo, con dos expedientes, ambos en curso.
El Banco de España también pone el foco en el cumplimiento de las normas en materia de transparencia y protección de la clientela bancaria, en el marco de las cuales resolvió dos expedientes, uno contra un banco y el otro contra una EDE y sus cargos de administración y dirección.
Los incumplimientos objeto de dichos expedientes tuvieron que ver, entre otras cosas, con deficiencias en relación con la oferta y comercialización de tarjetas de crédito, el devengo de intereses, la liquidación y cobro de intereses y comisiones, así como la entrega y contenido de la información precontractual y contractual.
En cuanto al sector bancario español, la entidad considera que se ha superado el impacto de la pandemia, con mayores niveles de rentabilidad y solvencia, pero advierte de que "se empiezan a observar signos de desaceleración de la actividad financiera que aconsejan prudencia".
Por ello, sería deseable que, dada la situación de incertidumbre, las entidades aplicaran políticas prudentes en la planificación y retribución de su capital, así como en las coberturas de su riesgo de crédito.
El Banco de España tiene atribuidas diferentes funciones de supervisión sobre las entidades de crédito y sobre otras entidades financieras o relacionadas con el sistema financiero que operan en el ámbito nacional.
Una de ellas es la supervisión microprudencial, que se ejerce en el ámbito del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), que este año cumple su décimo aniversario y que busca garantizar la solvencia, la liquidez, el buen funcionamiento y el cumplimiento de la normativa prudencial de las entidades de crédito y otras entidades del sistema financiero.
Otra de las funciones es la supervisión o política macroprudencial, que busca salvaguardar la estabilidad financiera, mediante el uso de instrumentos macroprudenciales para prevenir y mitigar los riesgos y vulnerabilidades sistémicos.