Madrid, 24 jun (.).- El beneficio neto de las empresas no financieras aumentó un 7,4 % entre enero y marzo de 2021, ayudado por las menores amortizaciones y provisiones de explotación dotadas, lo que llevó a una mejora de los niveles medios de rentabilidad de las compañías en comparación con el mismo período de 2020.
Según los datos publicados este jueves por la Central de Balances del Banco de España, que no ofrecen cifras absolutas, este incremento, el primero desde el inicio de la pandemia, contrasta con el recorte del 64 % que registraron las ganancias de estas empresas un año antes, por la contracción de la economía.
El valor añadido bruto (VAB) de estas empresas -en términos nominales- se redujo entre enero y marzo en un 1,5 %, en contraste con el "extraordinario descenso" del 13,6 % registrado en el mismo período del año previo, que recogía ya el impacto derivado del inicio de la crisis provocada por la pandemia de la Covid-19.
Por áreas de actividad, en el sector industrial el valor añadido bruto aumentó "de forma muy intensa", un 52,9 %, tras el descenso del 34,1 % registrado doce meses antes.
A esta evolución expansiva contribuyeron casi todos los subsectores, especialmente el refino, la industria química y la fabricación de material de transporte, precisamente aquellos que más acusaron los descensos del primer trimestre de 2020.
En el sector de comercio y hostelería también se registraron tasas de crecimiento del VAB, aunque muy reducidas, del 0,9 %, frente a la caída del 13,7 % de un año antes, si bien la Central de Balances destaca que dentro de esta categoría están "infrarrepresentadas" las empresas más pequeñas, que se habrían visto más afectadas por la crisis.
Los gastos de personal cayeron un 2,2 % entre enero y marzo de 2021, debido al descenso de las plantillas medias efectivas, que solo se vio parcialmente compensado por el incremento de las remuneraciones medias, explica el informe.
La disminución media del empleo efectivo fue del 4 % en el primer trimestre de 2021, frente al 0,2 % que había caído un año antes.
El informe destaca que estas cifras no incluyen a los trabajadores afectados por los ERTE, dado que estos no generan costes laborales, más allá de un porcentaje de las cuotas a la Seguridad Social en función del tipo de empresa.
La disminución del empleo siguió concentrándose fundamentalmente en el colectivo de trabajadores temporales, con una reducción del 14,4 %, mientras que el personal fijo también se redujo, pero de forma más moderada, un 2,2 %.
El descenso del empleo fue casi generalizado y afectó a todas las ramas de actividad, excepto a la industrial, donde creció un 1,1 %, frente a la caída del 2,8 % de un año antes.
Por el contrario, las ramas de comercio y hostelería y la denominada "resto de las actividades" fueron las que registraron los descensos más pronunciados, del 6,1 % y del 5,2 %, respectivamente.