Lisboa, 18 dic (EFE).- Las acciones del Banco Portugués de Inversiones (BPI) continuaban hoy con su marcada tendencia a la baja a pesar de la decisión del regulador bursátil luso de prohibir la venta al descubierto de estos títulos.
Durante las tres primeras horas de sesión en la Bolsa de Lisboa, el BPI -cuyo principal accionista es el español Caixabank- acumulaba un retroceso superior al 4 %, que se suma a la debacle sufrida ayer, cuando perdió más de un 13 %, el mayor desplome registrado por la firma en una sola jornada.
Debido precisamente a este repentino descenso, la Comisión del Mercado de Valores lusa (CMVM) anunció en un comunicado que veta hoy el "short selling" (posición o venta corta) con los títulos de esta entidad financiera.
En esta venta al descubierto, los inversores adquieren prestadas unas acciones -a cambio de una comisión- cuyo precio creen que va a bajar, las venden y esperan a que se devalúen.
En ese momento, las vuelven a comprar a un coste menor y de esta forma obtienen una plusvalía.
En la última semana sus títulos pasaron de cotizar a 1,36 euros a hacerlo a poco más de un euro, afectados por las informaciones facilitadas por la propia entidad.
Los gestores del banco informaron este martes de que tendrán que realizar alteraciones en la forma de contabilizar su participación en el angoleño BFA -del que poseen el 50 % de las acciones-, lo que perjudicará sus ratios de capital.
Los inversores también reaccionaron al anuncio oficial del BPI sobre su interés en comprar el Novo Banco, la entidad creada con los activos saludables del Banco Espírito Santo (BES).