Madrid, 3 jul (.).- La crisis del coronavirus ha cuestionado la capacidad de la sociedad para atender necesidades fisiológicas básicas como la seguridad y la salud, y ha acelerado la adopción del "capitalismo sostenible", en especial en cuestiones relacionadas con el bienestar social, según la gestora Fidelity.
En un comunicado, la gestora ha explicado que dentro del mundo empresarial se ha puesto en tela de juicio el principio de que se deben elevar al máximo y a cualquier coste las rentabilidades para los accionistas, lo que ha afianzado la inversión sostenible como destino de primer orden para los capitales de los inversores.
"Los beneficios ya no son la gran prioridad que solían ser", añade la gestora, para quien, aunque los indicadores de valoración de las acciones tienen pocas probabilidades de cambiar, sí se ha visto cómo desde marzo las compañías comunican con más énfasis otros aspectos como los esfuerzos por proteger y apoyar a sus empleados, a sus clientes, a sus proveedores y a la sociedad.
La encuesta que la gestora realiza mensualmente a más de 140 de sus analistas en todo el mundo pone de manifiesto que las empresas tenían intención de redoblar su atención a los empleados, los consumidores y la sociedad en general como resultado directo de la pandemia de coronavirus
En los diversos sectores y regiones, los analistas señalan que la salud del personal ha sido una cuestión de la máxima prioridad para los directivos y que las empresas dedicarán más atención a la seguridad y el bienestar de los empleados en el futuro.
La encuesta también revela que, a consecuencia de la crisis, para algunas compañías demostrar civismo empresarial y apoyar a las comunidades en las que operan se ha convertido en un elemento esencial a la hora de elevar y mantener el valor de su marca.