Los analistas de RBC Capital Markets han observado que los informes financieros actuales indican que el mercado de vehículos eléctricos (VE) no está experimentando ningún punto de inflexión significativo.
La previsión de Tesla (NASDAQ:TSLA) para las entregas de vehículos en 2024 muestra una desaceleración considerable del crecimiento en comparación con 2023, y la empresa cita factores económicos inciertos, como la asequibilidad de los vehículos y las fluctuaciones de los tipos de interés, como la razón de esta estimación conservadora.
Como resultado, hay una expectativa general de un aumento del 14% en las entregas de Tesla para 2024, lo que supone una marcada reducción respecto a la expansión del 40% experimentada en 2023. Esta ralentización plantea la posibilidad de que sean necesarios recortes de precios para alcanzar estas cifras de entregas previstas.
Además, Ford ha informado de un aumento de sus pérdidas en el segmento de vehículos eléctricos para el último trimestre de 2023, con unas pérdidas que aumentan hasta los 1.570 millones de dólares desde los 1.329 millones del trimestre anterior. La compañía también predice que sus pérdidas crecerán aún más en 2024, superando las predicciones de los analistas del mercado.
En conclusión, los fabricantes de automóviles consolidados pueden tener una ventaja sobre las empresas centradas únicamente en los vehículos eléctricos, según los analistas.
Se mencionaron como ejemplos las empresas con menores costes fijos relacionados con los vehículos eléctricos (como Stellantis) o las que se enfrentan a menos retos de demanda (como Ferrari).
Al mismo tiempo, los esfuerzos por alcanzar el nivel 4 de tecnología de conducción autónoma están encontrando dificultades, lo que sugiere que aún hay obstáculos considerables para lograr la automatización completa de los vehículos.
Por ahora, la atención de la industria puede seguir centrada en el avance de las capacidades de conducción autónoma de nivel 2 o superior. Es posible que los fabricantes recurran cada vez más a proveedores externos en lugar de desarrollar internamente la tecnología de conducción autónoma. Los avances de Mobileye SuperVision y la tecnología de conducción totalmente autónoma (FSD) de Tesla apoyan esta tendencia, señalaron los analistas.
También mencionaron que, aunque no se prevé un anuncio significativo en relación con la concesión de licencias de la tecnología FSD de Tesla en un futuro próximo, cualquier aumento de las tasas de adopción de esta tecnología en los vehículos Tesla existentes podría ser un motor significativo del valor de las acciones de la empresa. Tal aumento de la adopción podría ser el resultado de reducciones en el precio de la tecnología FSD.
Por último, la preocupación por una acumulación excesiva de existencias entre los proveedores de piezas parece en gran medida injustificada. El temor a un exceso de inventario parece exagerado y puede ser más aplicable a la situación de Mobileye en concreto.
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