Javier Aja
Dublín, 31 ene (.).- El Gobierno británico y el Partido Democrático Unionista (DUP) aseguraron este miércoles que el acuerdo logrado para reformar los arreglos comerciales posbrexit para Irlanda del Norte reforzará la posición constitucional de la región en el Reino Unido y el funcionamiento del Ejecutivo de poder compartido con los nacionalistas, suspendido desde hace casi dos años.
El ministro británico para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, confirmó en una comparecencia ante los medios, junto al líder del DUP, Jeffrey Donalson, que Londres introducirá mañana mismo dos piezas legislativas para apuntalar el citado acuerdo, a fin de generar confianza en el pacto y garantizar la pronta restauración de las instituciones norirlandesas.
"Este es el acuerdo apropiado para Irlanda del Norte y para la unión (con el resto del país). Estoy deseando trabajar con los nuevos ministro principal y viceministro principal", declaró el dirigente conservador.
El fin del veto unionista a los arreglos comerciales recogidos en el Marco de Windsor permitirá en los próximos días la formación de un Ejecutivo norirlandés en el que esos dos cargos estarán ocupados por la líder del Sinn Féin en la región, Michelle O'Neill, y el candidato del DUP, respectivamente.
Según Donaldson, después de casi dos años de parálisis y largas negociaciones con Londres, su partido entiende que se ha asegurado la posición de Irlanda del Norte en el mercado interno británico y que sus productos tendrán un acceso sin restricciones al resto del Reino Unido.
El líder del DUP reconoció que no ha ganado "todas la batallas" y que están al comienzo de un proceso, en un mensaje dirigido a las voces críticas dentro de su propio partido y del unionismo radical, que aún sostienen que el futuro de la unión con la corona está en peligro.
"Creo que hemos incorporado en estas propuestas suficientes salvaguardas y controles que nos permiten cumplir lo que se está haciendo", subrayó Donaldson.
Asimismo, recordó que en virtud de este acuerdo "la frontera" entre Gran Bretaña (Escocia, Gales e Inglaterra) e Irlanda del Norte para las mercancías que se mueven por el Reino Unido "ha desaparecido".
Según Donaldson no habrá "ni controles físicos ni controles de identidad", sobre las mercancías que se trasladen desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte y que permanezcan dentro del Reino Unido, solo sobre las que entren en la Unión Europea o puedan trasladarse al bloque comunitario a través de la República de Irlanda.
Entre los cambios que incluye el nuevo acuerdo se contempla que la llamada Ley de Retirada será enmendada, con lo que cualquier nueva legislación de la Unión Europea (UE) no se aplicará necesariamente de manera automática en Irlanda del Norte.
Para ello, la Asamblea norirlandesa podrá recurrir a un mecanismo -ya contemplado en Windsor y ahora reforzado-, el llamado "freno de Stormont", por el que la Asamblea autónoma puede bloquear la aplicación de nuevas leyes comunitarias en la provincia.
Donaldson aseguró hoy, ante de su comparecencia con Heaton-Harris, que la próxima Asamblea podrá poner a prueba este instrumento en el primer mes desde su formación, ya que hay cambios previstos respecto a leyes comunitarias "a la vuelta de la esquina".
"La Asamblea tendrá la oportunidad de analizarlo y echar el freno y decir no si creemos que la regulación de la Unión Europea perjudica nuestra capacidad para comerciar con el resto del Reino Unido", expuso el líder del DUP.
Ese primer paso, prosiguió, abre un proceso en el que el Gobierno de Londres tendrá la última palabra para vetar la aplicación de una ley comunitaria que considere "dañina" para Irlanda del Norte.
Los unionistas abandonaron el Gobierno de Belfast en febrero de 2022 por su rechazo al Protocolo del Brexit para Irlanda del Norte, que imponía controles fronterizos entre Gran Bretaña y la provincia a fin de evitar una frontera física en la isla de Irlanda, tal y como establecen los acuerdos de paz de 1998.
Asimismo, vetaron más tarde el Acuerdo Marco de Windsor, que sustituyó al protocolo e introdujo cambios, pero mantiene a la provincia dentro del mercado único comunitario para bienes y también en el mercado interno británico, lo que pone en riesgo, según el DUP, su relación con el resto del Reino Unido, más aún cuando los nacionalistas avanzan hacia la reunificación de Irlanda.