La Paz, 4 mar (EFE).- El Ejército de Bolivia custodia hoy el puesto de la aduana en la localidad de Pisiga, en la frontera con Chile, tras incidentes protagonizados el domingo por grupos de vecinos y dirigentes indígenas en las oficinas de la institución.
La presidenta de la Aduana de Bolivia, Marlene Ardaya, dijo hoy en una rueda de prensa que los militares vigilan el puesto de Pisiga, en el departamento andino de Oruro, para que sus operaciones continúen con normalidad, aunque en medio de una tensión en la zona.
Medio centenar de vecinos e indígenas de Pisiga ocuparon la sede de la aduana por cerca de tres horas en la tarde del domingo en protesta porque consideran que los cambios en la política de control de la entidad perjudican sus actividades comerciales.
Ardaya ordenó hace un mes el cambio de 15 funcionaros de Pisiga para aumentar el control en el lugar, luego de que se detectara que los comerciantes declaraban un valor inferior en sus productos e importaban un volumen mayor al registrado oficialmente.
La aduana investiga a un grupo de funcionarios relevados por su supuesta participación en fraudes aduaneros en una complicidad con los comerciantes de esa localidad.
La institución mantendrá con firmeza el mayor control, pero también la custodia que ejercen los militares para evitar posibles actos de violencia, indicó la presidenta de la aduana.
La frontera de Bolivia y Chile y el contrabando en la zona ha sido motivo en las últimas semanas de una polémica por la detención durante un mes en el norte chileno de tres soldados bolivianos que cruzaron el límite con un arma al perseguir a contrabandistas.
Los soldados retornaron el viernes a Bolivia luego de aceptar una salida alternativa al juicio oral en el que iban a ser procesados y hoy fueron condecorados por el presidente Evo Morales.
Ardaya destacó que las aduanas de ambos países siguen cooperando para el control del contrabando y hubo un reciente caso en el que la información proveniente de Chile permitió hacer un gran decomiso de mercaderías de contrabando en Bolivia. EFE