Atenas, 31 may (EFE).- El presidente del Eurogrupo, Jeroen Djisselbloem, animó hoy a Grecia a continuar por la senda de las reformas, habida cuenta de que ya se experimentan los primeros síntomas de recuperación de la confianza económica, pero evitó hacer promesas sobre posibles alivios prematuros.
"Ahora es crucial llevar a cabo las reformas estructurales, y eso no es necesario sólo en Grecia sino en toda la Eurozona, que debe mejorar su imagen de cara a las empresas", dijo Djisselbloem en una rueda de prensa tras una reunión con el ministro de Finanzas griego, Yannis Sturnaras.
Las declaraciones del político holandés coincidieron con la publicación del último índice de confianza empresarial por parte de Eurostat este jueves, que refleja un nuevo ascenso por quinto mes consecutivo y una expectación positiva en todos los sectores.
A diferencia del informe presentado esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que prevé que la recesión continuará no sólo éste sino también el próximo año, Djisselbloem afirmó que su hipótesis de trabajo coincide con la de la Comisión Europea, que parte de un ligero crecimiento del 0,6 % en 2014.
El presidente del Eurogrupo evitó hacer promesas respecto a una posible reducción de la presión fiscal o sobre una eventual nueva quita de la deuda griega, algo que los griegos esperan tanto a nivel político como social.
Respecto a la quita, cuya posibilidad él mismo había insinuado hace algunos días en una entrevista con un diario de este país, Djisselbloem dejó claro que es una posibilidad ya prevista en el memorando que Grecia firmó con la troika en noviembre pasado, pero sólo para el caso de que alcance un superávit primario (que excluye el pago de intereses) antes de lo previsto.
Precisó que el memorando firmado en noviembre contempla que si hay un superávit primario se puede aflojar el programa de ajuste -lo que también abriría la puerta a una posible bajada de impuestos- pero al mismo tiempo dejó claro que, en caso de que no se cumplan los objetivos, el acuerdo prevé nuevas medidas.
Todo esto, dijo, es algo que no será debatido hasta abril del próximo año, tal y como se estipuló ya en la firma del memorando.
El presidente del Eurogrupo echó con ello claramente el freno a unas expectativas que él mismo había creado, al menos desde la interpretación griega, pero que le granjearon duras críticas por parte de algunos políticos en Alemania, donde nadie quiere ni oír hablar de nuevas quitas, al menos hasta que hayan pasado las elecciones generales de septiembre.
Claro fue también el freno a la intención del Gobierno tripartito dirigido por el conservador Andonis Samarás de reducir pronto la presión fiscal, al menos en la gastronomía, donde el impuesto sobre el valor añadido (IVA) es del 23 %.
Una rebaja del IVA en la restauración en plena temporada turística, como la había prometido Samarás, hubiera supuesto, a juicio del Gobierno, un importante balón de oxígeno.
El primer ministro evitó hoy pronunciarse a este respecto -tampoco hubo otras declaraciones suyas- pero uno de sus dos socios de coalición, el líder del partido socialdemócrata Pasok, Evangélos Venizelos, que asistió al almuerzo de Djisselbloem, insistió en que la rebaja del IVA en verano tendría un componente sicológico muy importante.
A la comida estaba invitado además el líder del tercer partido de la coalición, Fotis Kuvelis, del partido de izquierda moderada Dimar, quien se excusó inesperadamente aduciendo "motivos familiares", según explicó un portavoz de esa formación a Efe.
El también ministro de Finanzas holandés eludió pronunciarse sobre la propuesta formulada ayer por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, que se pronunciaron a favor de que el presidente del Eurogrupo sea un cargo de dedicación exclusiva.
"Esa es una vieja propuesta francesa y no creo que sea discutida antes de finales de 2014; yo estoy feliz de ser el presidente del Eurogrupo hasta el fin de 2014", dijo. EFE
"Ahora es crucial llevar a cabo las reformas estructurales, y eso no es necesario sólo en Grecia sino en toda la Eurozona, que debe mejorar su imagen de cara a las empresas", dijo Djisselbloem en una rueda de prensa tras una reunión con el ministro de Finanzas griego, Yannis Sturnaras.
Las declaraciones del político holandés coincidieron con la publicación del último índice de confianza empresarial por parte de Eurostat este jueves, que refleja un nuevo ascenso por quinto mes consecutivo y una expectación positiva en todos los sectores.
A diferencia del informe presentado esta semana por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que prevé que la recesión continuará no sólo éste sino también el próximo año, Djisselbloem afirmó que su hipótesis de trabajo coincide con la de la Comisión Europea, que parte de un ligero crecimiento del 0,6 % en 2014.
El presidente del Eurogrupo evitó hacer promesas respecto a una posible reducción de la presión fiscal o sobre una eventual nueva quita de la deuda griega, algo que los griegos esperan tanto a nivel político como social.
Respecto a la quita, cuya posibilidad él mismo había insinuado hace algunos días en una entrevista con un diario de este país, Djisselbloem dejó claro que es una posibilidad ya prevista en el memorando que Grecia firmó con la troika en noviembre pasado, pero sólo para el caso de que alcance un superávit primario (que excluye el pago de intereses) antes de lo previsto.
Precisó que el memorando firmado en noviembre contempla que si hay un superávit primario se puede aflojar el programa de ajuste -lo que también abriría la puerta a una posible bajada de impuestos- pero al mismo tiempo dejó claro que, en caso de que no se cumplan los objetivos, el acuerdo prevé nuevas medidas.
Todo esto, dijo, es algo que no será debatido hasta abril del próximo año, tal y como se estipuló ya en la firma del memorando.
El presidente del Eurogrupo echó con ello claramente el freno a unas expectativas que él mismo había creado, al menos desde la interpretación griega, pero que le granjearon duras críticas por parte de algunos políticos en Alemania, donde nadie quiere ni oír hablar de nuevas quitas, al menos hasta que hayan pasado las elecciones generales de septiembre.
Claro fue también el freno a la intención del Gobierno tripartito dirigido por el conservador Andonis Samarás de reducir pronto la presión fiscal, al menos en la gastronomía, donde el impuesto sobre el valor añadido (IVA) es del 23 %.
Una rebaja del IVA en la restauración en plena temporada turística, como la había prometido Samarás, hubiera supuesto, a juicio del Gobierno, un importante balón de oxígeno.
El primer ministro evitó hoy pronunciarse a este respecto -tampoco hubo otras declaraciones suyas- pero uno de sus dos socios de coalición, el líder del partido socialdemócrata Pasok, Evangélos Venizelos, que asistió al almuerzo de Djisselbloem, insistió en que la rebaja del IVA en verano tendría un componente sicológico muy importante.
A la comida estaba invitado además el líder del tercer partido de la coalición, Fotis Kuvelis, del partido de izquierda moderada Dimar, quien se excusó inesperadamente aduciendo "motivos familiares", según explicó un portavoz de esa formación a Efe.
El también ministro de Finanzas holandés eludió pronunciarse sobre la propuesta formulada ayer por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, que se pronunciaron a favor de que el presidente del Eurogrupo sea un cargo de dedicación exclusiva.
"Esa es una vieja propuesta francesa y no creo que sea discutida antes de finales de 2014; yo estoy feliz de ser el presidente del Eurogrupo hasta el fin de 2014", dijo. EFE