Berlín, 22 abr (.).- El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, negó este jueves que el gobierno de su país tenga alguna responsabilidad en el fraude masivo de la empresa de transacciones digitales Wirecard (DE:WDIG), que quebró por sorpresa el año pasado.
Scholz, al comparecer ante la comisión parlamentaria de investigación del Bundestag (cámara baja) que estudia este caso, subrayó que las auditorías privadas que se le realizaron a este empresa, que llegó a cotizar en el DAX 30, no detectaron anomalías en once años.
"El Gobierno alemán no tiene ninguna responsabilidad en este gran fraude", aseguró Scholz, que reconoció que "la empresa actuó con una gran energía criminal". Wirecard quebró el año pasado dejando un agujero de 1.900 millones de euros, el mayor fraude de la historia del DAX 30 alemán, y grandes interrogantes sobre el papel de los supervisores financieros.
Al ser preguntado si consideraba que tenía alguna responsabilidad personal por el caso, respondió con un escueto: "no". Scholz era ministro de Finanzas cuando estalló el escándalo y tiene a su cargo al supervisor financiero BaFin, que no fue capaz de detectar el fraude.
Calificó de "cuento absurdo" la acusación de que el Ministerio de Finanzas o el propio BaFin protegieron a Wirecard, que durante unos años fue considerada ejemplo de las empresas digitales alemanas.
Scholz reconoció no obstante que el caso había revelado las carencias del sistema de supervisión financiera de Alemania y apuntó en este sentido la reforma, personal y competencial, que ha impulsado para el BaFin.
El objetivo de esta reforma es mejorar la protección de los inversores y contribuir a recuperar la confianza en Alemania como plaza financiera.
Tanto los partidos de la oposición como el bloque conservador de la canciller Angela Merkel con el que el socialdemócrata Scholz gobierna conjuntamente acusaron al ministro de mala gestión y falta de transparencia.
Los conservadores quieren además tener acceso a una serie de correos electrónicos que Scholz envió desde una cuenta personal, alegando que son pertinentes para la comisión de investigación y que el ministro no ha querido entregarlos.
La comparecencia de Scholz se produjo en la víspera de la de la canciller alemana, Angela Merkel, a la que se le reprocha haber intercedido en favor de Wirecard durante un viaje oficial a China, que la empresa quería aprovechar para lograr una licencia para operar en el país.
Esta comisión parlamentaria, auspiciada por toda la oposición y cuyo trabajo puede prolongarse durante meses, es especialmente delicada para Scholz, que es además candidato del Partido Socialdemócrata (SPD) a las elecciones generales de este septiembre.
Wirecard pasó de ser una estrella ascendente y ejemplo de las nuevas empresas digitales en Alemania a la bancarrota en el mayor escándalo financiero registrado en el país.
Al declararse en quiebra en junio del año pasado, se descubrió que había inflado deliberadamente sus resultados desde 2015. La Fiscalía de Múnich sostiene que estaba diseñada para la manipulación sistemática de datos y balances.
El pasado julio la fiscalía dictó el ingreso en prisión preventiva de tres exdirectivos de Wirecard, incluido su ex consejero delegado Markus Braun. El número dos de la empresa y pieza clave en el caso, Jan Marsalek, está en paradero desconocido desde junio.