Lisboa, 21 jun (EFE).- El Gobierno conservador de Portugal cumple hoy un año en el poder dominado por la austeridad impuesta en el rescate del país y la lucha contra una crisis económica que no empezará a remitir hasta finales de 2013.
Según las previsiones del propio Ejecutivo y de los organismos internacionales, al primer ministro, Pedro Passos Coelho, le queda otro año más de disciplina económica y ajustes para reducir el déficit fiscal, antes de que el país empiece a dar signos de recuperación.
Passos Coelho, que ganó las elecciones anticipadas de junio de 2011, cumple su primer aniversario como jefe del Gobierno mientras realiza una gira por Perú, Brasil y Colombia en la que espera promover la inversión en su país y las exportaciones.
El sector exterior, en el que Portugal quiere reducir su fuerte dependencia de Europa para contrarrestar el mal ciclo económico del Viejo Continente, es una de las respuestas a la crisis en la que el primer ministro ha expresado más esperanza, además de las reformas, como la laboral, y el recorte de gasto público.
Los 78.000 millones de euros del rescate que le otorgó la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han permitido a Portugal no tener que financiarse en el mercado, donde los intereses de su deuda, que llegaron al 17 % en enero de este año, están ahora en niveles de hace diez meses.
El bono luso a diez años, que sirve de referencia en el mercado, cerró el miércoles al 10,4 % de interés y no ha dejado de bajar en las últimas semanas pese a la incertidumbre sobre los problemas de la zona euro.
Passos Coelho cumplió su palabra de dar prioridad al cumplimiento de las duras condiciones del rescate, que le han valido las críticas de la izquierda lusa y el reconocimiento de los organismos internacionales y de Alemania.
Nada más regresar a su país el primer ministro luso se enfrentará el próximo lunes a la primera moción de censura contra el Gobierno, presentada la semana pasada por el Partido Comunista, una de las tres fuerzas minoritarias de la izquierda marxista en el Parlamento.
La coalición conservadora del primer ministro no tendrá problema alguno, con su mayoría absoluta de 132 de los 230 diputados, para superar la votación en la que los socialistas, principal partido de la oposición prevén además abstenerse.
Passos Coelho ha sufrido además dos huelgas generales contra su política económica, aunque solo una de ellas fue secundada por los dos grandes sindicatos lusos.
Durante su primer año de gestión ha visto también varias manifestaciones en demanda de un giro social en su política de austeridad, aunque cada vez menos multitudinarias, como la del pasado domingo en el centro de Lisboa.
Los esfuerzos del Gobierno luso se centran ahora en facilitar la recuperación de la economía, cuyo producto interior bruto (PIB) caerá un 3 % este año y apenas empezará a mostrar signos de crecimiento a finales del año próximo.
El desempleo, que se ha cuadriplicado desde el año 2000 y ronda ahora el 15 %, todavía subirá el próximo año al 16 %, según los pronósticos oficiales, un nivel récord en las más de tres décadas de democracia portuguesa. EFE