Madrid, 5 nov (.).- El impacto de la crisis sanitaria causada por el coronavirus fue mayor en las empresas pequeñas y medianas (pymes) con menor cultura financiera, al menos en lo relativo al empleo y la liquidez.
Según una encuesta realizada entre marzo y mayo de este año entre empresas con menos de 50 trabajadores, los expedientes de regulación de empleo o ERTE fueron la solución más utilizada por este tipo de empresas, pero las que tenían más conocimientos financieros fueron las que más recurrieron a las ayudas y avales.
Las empresas con menores conocimientos financieros sí utilizaron en mayor medida herramientas como las transferencias de renta o moratorias en el pago del alquiler.
La encuesta, publicada este viernes por el Banco de España, forma parte de un proyecto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para fomentar los conocimientos financieros entre los dueños de pymes a la hora de pedir un préstamo, pagar impuestos, resolver problemas sobre flujos de liquidez o buscar otras fuentes de financiación.
Los autores del informe distinguen entre empresas de menos de 20 trabajadores y empresas de entre 20 y 49 empleados, y según ellos, los dueños de las más pequeñas tienen menos conocimientos financieros y menos tendencia a establecer objetivos para el futuro.
En general, en España los propietarios de las empresas con menos de 20 trabajadores, muchas de ellas pertenecientes al sector de servicios de alojamiento y hostelería, construcción y otros servicios personales también saben menos de finanzas que las pymes del resto de los sectores.
Asimismo, las pequeñas empresas españolas, independientemente de su tamaño, destacan por el bajo porcentaje de propietarios que han pensado en la financiación de su jubilación.
También son muy pocas las que hacen uso de los instrumentos de capital y de otras formas de financiación más recientes (como los bonos sostenibles, los "business angels" y la financiación participativa) y también es limitado el número de las que contratan seguros para daños materiales o por interrupción de negocio.
Algunos comportamientos financieros están menos generalizados en las empresas de menor tamaño (y especialmente en las de menos de 5 trabajadores), como, por ejemplo, disponer de estrategias en caso de robo o comparar entre los distintos proveedores de productos o de servicios financieros.
La encuesta no observa diferencias importantes en los conocimientos, actitudes y comportamientos financieros según el género del propietario de la empresa.
Además, en general, las competencias financieras medias en las pequeñas empresas mejoran con el nivel educativo tan solo si el propietario tiene formación concreta en temas relacionados con la empresa, la economía o las finanzas.
Finalmente, existe una relación positiva entre competencias financieras y mayor nivel de digitalización en la empresa con anterioridad a la pandemia.
Sin embargo, no existe correlación de competencias financieras y un incremento de las actividades digitales tras el coronavirus, añade la encuesta.