Lisboa, 17 abr (EFE).- El marxista Bloque de Izquierda, el tercer mayor partido luso y socio de gobierno de los socialistas, sugirió hoy intervenir políticamente en el caso del Banco Portugués de Inversión (BPI) (LS:BBPI), cuya frustrada venta al español Caixabank (MC:CABK) puede traer problemas al sector financiero luso.
"Los banqueros españoles y angoleños no son capaces de ponerse de acuerdo y el riesgo de no entenderse puede recaer en los contribuyentes. Ya hemos entendido perfectamente que la banca es un asunto demasiado grave para dejarlo en manos de banqueros privados", manifestó hoy la portavoz del Bloque, Catarina Martins, horas después de conocerse que se había roto el principio de acuerdo entre los mayores accionistas del BPI: Caixabank y la angoleña dos Santos.
El banco portugués busca un acuerdo entre la entidad catalana y la firma angoleña de Dos Santos que le posibilite desprenderse de su participación del 50,01 % en el Banco de Fomento de Angola (BFA).
Las autoridades comunitarias han exigido al BPI que elimine esa exposición a Angola, pues consideran que el sistema de supervisión bancaria del país africano no es equivalente al europeo.
Para que eso suceda, se planteó que Dos Santos -hija del presidente de Angola y considerada la mujer más rica de África- adquiriese esa participación del 50,01 % que el BPI tiene en la lucrativa filial BFA.
A cambio de ello, Dos Santos saldría del accionariado del BPI (donde cuenta con el 18,6 %) y vendería esa participación a Caixabank, lo que permitiría a la firma catalana hacerse con el control mayoritario del banco, del que ya tiene el 44,1 %, y al BPI cumplir con las exigencias europeas y evitar penalizaciones.
El revés en las negociaciones lo comunicó hoy al mercado el propio BPI, que certificó que el acuerdo publicado el pasado domingo 10 entre la multimillonaria dos Santos y Caixabank quedaba "sin efecto" por incumplimiento de lo acordado por parte de Dos Santos.
La entidad financiera lusa, la quinta de Portugal, no explicó cuál fue el incumplimiento, pero la prensa lusa apunta a que fueron las exigencias de última hora de Dos Santos en las que el BFA debía cotizar de forma inmediata en la Bolsa de Lisboa.
También reaccionó a la ruptura del acuerdo el primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, quien pidió al Banco Portugués de Inversión (BPI) y a sus accionistas dos Santos y Caixabank que actúen con "rapidez" para evitar sanciones y poder "mantener la estabilidad" del sistema financiero luso.
En sus declaraciones a la prensa, Costa recordó que su Gobierno socialista intervino para crear "un contexto para que las partes hablasen", pero que, a partir de ahora, no tiene influencia.
Unas posibles sanciones económicas al BPI podrían afectar al sistema financiero luso, ya renqueante de por sí después de que quebrasen en menos de dos años el segundo banco, el BES, y el Banif (LS:BANIF), con un alto coste para el erario.