Tokio, 12 jun (EFE).- La Bolsa de Tokio acabó hoy la semana con una leve subida después de que el optimismo generado en los inversores por los buenos indicadores económicos de Japón y EE.UU se viera afectado por la incertidumbre que genera la negociación de la deuda griega.
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró hoy con una subida de 24,11 puntos, un 0,12 por ciento, y se situó en las 20.407,08 unidades, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, avanzó 2,60 puntos, un 0,16 por ciento, hasta las 1.651,48 enteros.
A pesar de que el Nikkei abrió en positivo empujado por las subidas de Wall Street, durante toda la sesión osciló entre el territorio negativo y el positivo de manera intermitente.
La debilidad del yen frente al dólar, una tendencia que parece que va a mantenerse y que beneficia a las grandes compañías exportadoras, también ayudó a elevar el ánimo de los inversores.
Sin embargo, las ganancias fueron limitadas y en ciertos momentos el parqué tokiota se deslizó a los números rojos por la incertidumbre generada en los inversores por las tormentosas negociaciones de Grecia con el Fondo Monetario Internacional.
Según los analistas, las reuniones de los bancos centrales de Japón y EE.UU. la semana que viene hicieron que los inversores se mostraran cautos a la espera de nuevas decisiones.
Los sectores de instrumentos de precisión y maquinaria eléctrica fueron los que registraron las mayores ganancias de la sesión.
El gigante tecnológico Toshiba (TOKYO:6502) cayó un 0,9 por ciento después de que se publicara hoy que la compañía va a admitir que sus controles internos fueron insuficientes en relación con unas recientes irregularidades contables.
La empresa creadora del personaje Hello Kitty, la poderosa Sanrio (TOKYO:8136), subió un 1 por ciento, tras anunciar una recompra de acciones valorada en 61 millones de dólares.
En la primera sección, 1.009 valores avanzaron frente a los 736 que retrocedieron, al mismo tiempo que 141 cerraron en tablas.
El volumen de negocio ascendió a 3,52 billones de yenes (25.314 millones de euros), frente a los 2,571 billones de yenes (18.477 millones de euros) de la víspera.