Madrid, 16 dic (.).- El pago de dividendos por parte de las compañías cotizadas españolas se ha reducido un 48 % en 2020, hasta los 14.256 millones de euros, y ello, como consecuencia de las restricciones sufridas por la banca o la prudencia con la que han operado las compañías durante este año, marcado por la crisis del coronavirus.
Pese a esta caída, la Bolsa española se mantiene como líder en rentabilidad por dividendo a nivel global, según ha destacado el consejero delegado de Bolsas y Mercados Españoles (MC:BME), Javier Hernani, en la presentación del Informe del Mercados de 2020.
Un año marcado por la crisis de la covid-19, en el que no obstante, los mercados de valores, la Entidad de Contrapartida Central y el Depositario Central de Valores han seguido funcionando con total normalidad, lo que ha aportado "transparencia, liquidez y seguridad".
En este contexto, marcado por la pandemia, la retribución al accionista se ha visto afectada y buena parte de la responsabilidad se centra en la banca, que siguiendo la recomendación del Banco Central Europeo (BCE) no repartió dividendos a partir del segundo trimestre.
Asimismo, argumenta el informe, las compañías han aumentado las provisiones, y en algunos casos, como en el de la banca, se ha multiplicado por cinco respecto a 2019.
Los grandes bancos españoles llevan provisionados unos 15.000 millones este año, un alza que ha rebajado en gran medida los beneficios contables de muchas compañías en el primer semestre.
Según el citado informe, el relevo a la banca en el pago de dividendos lo ha cogido el sector Petróleo y Energía, que ha doblado los importes repartidos.
En lo que va de siglo, las empresas cotizadas españolas han repartido 470.000 millones en dividendos.
Entre el año 2000 y el 2005, el importe promedio de dividendos brutos repartidos fue de 10.893 millones, y en 2006, de 21.810 millones, y desde entonces hasta este ejercicio ningún año ha sido inferior a 23.000 millones.
No obstante, BME destaca el incremento de los dividendos pagados en forma de acciones (scrip dividend o dividendo elección), ya que hasta cierre de noviembre, se habían ejecutado pagos de este tipo por valor de 4.040 millones, un 19,6 % más.
Por otro lado, el informe detalla que la capitalización de las compañías cotizadas en la Bolsa española se situaba al cierre de noviembre en 924.075 millones, un 16,4 % menos, como reflejo del impacto de la crisis en el valor de las principales empresas cotizadas, en particular de las entidades bancarias.
No obstante, desde los niveles mínimos hasta finales de noviembre, la capitalización total ha recuperado más de 194.000 millones.
BME ha explicado que los índices de la pequeña y mediana capitalización han resistido mejor que los de las grandes compañías, y de hecho, varios de los índices españoles de compañías pequeñas y medianas están entre los más rentables de 2020 en todo el mundo.
"Especialmente exitosa ha sido la trayectoria de los índices de BME Growth", ha añadido Hernani, para quien este año deja también la confirmación de un proceso que venía apuntándose los últimos años, que es la transformación de la Bolsa española, en la que, tradicionalmente, el sector bancario ha sido siempre el de más peso.
No obstante, en 2020, dicho sector ha pasado a ocupar la tercera posición, por detrás del de electricidad y gas y del sector textil.
En cuanto al volumen negociado este año en la Bolsa española, ha sido un 8,3 % inferior hasta noviembre, como consecuencia del menor número de operaciones de bloques.
Pese a ello, el número de operaciones ha crecido un 51 % hasta los 51,2 millones, por la volatilidad y la mayor presencia de inversores minoristas.
Por último, el informe detalla que las ampliaciones de capital han crecido un 8 %, y un 4 % los flujos canalizados hacia la Bolsa.