Madrid, 13 oct (.).- El patrimonio de las instituciones de inversión colectiva (IIC) registradas en España, fondos y sociedades de inversión, creció "claramente" por encima del PIB nominal entre 2008 y 2019, sobre todo a partir de 2012, pero el incremento fue más moderado que el registrado en la zona del euro.
Según un artículo del Banco de España, este "menor avance relativo" se debe "a la mayor pujanza de los vehículos con domicilio fiscal en otros países, como Luxemburgo e Irlanda" y no tanto a una menor predisposición de los agentes nacionales a invertir en ese tipo de productos.
En España, el patrimonio de los fondos y sociedades de inversión representaba el 39 % del PIB y el 11 % de los activos financieros en el tercer trimestre de 2019, frente al 18 % y al 4 %, respectivamente, en 2012.
Sin embargo, los países de la Unión Económica y Monetaria (UEM) que acumulaban a finales de 2019 la mayor parte del patrimonio de las IIC registradas en la zona del euro eran Luxemburgo (34 %) e Irlanda (21 %), seguidos por Alemania (18 %) y Francia (11 %). España se situaba en el séptimo puesto, con un 2 %.
De hecho, el peso en el mercado español de las IIC extranjeras ha crecido "de manera significativa", ya que han pasado de acumular el 9 % del patrimonio total en 2009 al 37 % en septiembre de 2019.
El éxito de las IIC extranjeras ha restado protagonismo a los fondos y sociedades de inversión registrados en España, aunque estas últimas siguen captando más de la mitad de patrimonio invertido.
Otro elemento característico de la IIC durante el periodo 2008-2019 ha sido la mayor concentración.
El número de IIC comercializadas en España se ha reducido "notablemente" en los últimos años, lo que se ha traducido en un aumento del volumen medio de activos de las entidades.
En el caso de los fondos de inversión con domicilio fiscal en España, entre 2009 y 2019 el número pasó de 2.751 a 1.614 de promedio anual.
Los hogares son los partícipes mayoritarios de las IIC españolas. Su peso en el patrimonio ha pasado del 67 % en 2008 al 78 % en 2019.
También se ha producido una transformación significativa en la composición de las carteras de las entidades españolas.
El peso de los activos de renta fija ha caído desde el 54 % en 2009 al 40 % en 2019.
Durante el mismo periodo, el peso de la renta variable ha aumentado en 9 puntos porcentuales, hasta el 17 %.
Esta evolución implica, según el Banco de España, que los inversores finales muestran ahora un perfil de riesgo más acentuado.