Lisboa, 17 ene (EFE).- El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, defendió el programa de ajustes aplicado por su Gobierno a instancias de la "troika" durante los últimos tres años y consideró que gracias a él se observa una "confianza creciente" en Portugal.
Passos Coelho reaccionó así hoy, durante el debate quincenal en el Parlamento, a la decisión de la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's de retirar la "vigilancia negativa" al país, lo que hace más improbable en los próximos meses una rebaja de su nota, que mantiene no obstante en niveles equivalentes a "bono basura".
También atribuyó a la "determinación" del Gobierno y de los ciudadanos la mejora en la confianza de los mercados registrada desde que arrancó 2014, lo que en la práctica aleja la hipótesis de que Portugal necesite de un segundo rescate cuando cierre su programa de asistencia financiera, en junio.
"Aun sabiendo que las medidas que conducen al fin del programa de rescate son duras y evidentemente no nos sintamos cómodos con ellas, los portugueses no escogen para gobernar el país a aquellos que buscan el confort, sino a quienes resuelven los problemas, pagan las deudas y regularizan la situación", afirmó.
En su opinión, ha sido el empeño mostrado por las autoridades lusas en cumplir con las medidas acordadas con la UE y el Fondo Monetario Internacional lo que permite ahora que la presión de los mercados se alivie, reflejo "del grado de confianza que el mercado externo tiene en Portugal".
De hecho, para cerrar con éxito su programa de asistencia financiera el país precisa de volver a emitir deuda a largo plazo a cambio de menores intereses para poder financiarse de forma sostenible una vez deje de recibir fondos del rescate, por lo que tiene previsto probar la reacción de los inversores con nuevas subastas de este tipo.
Passos Coelho mantuvo una vez más que Portugal tiene opciones todavía de dejar de regresar a este mercado de deuda a largo plazo sin necesidad de apoyo adicional, siguiendo los pasos de Irlanda, aunque no descarta recurrir a algún tipo de mecanismo de ayuda de sus socios europeos -se especula con una línea de crédito preventiva- para contar con una especie de "red de seguridad".
"Irlanda no definió cómo iba a salir hasta un mes antes de la conclusión", subrayó el primer ministro, quien insistió en que las condiciones en cómo se llevará a cabo este proceso "están relacionadas con las condiciones del mercado y éstas sólo pueden ser evaluadas en el momento oportuno".
El dirigente conservador fue objetivo de las críticas del líder del principal grupo de la oposición, el socialista António José Seguro, quien lo acusó de "vivir en la Luna" por su optimismo.
"Baje a la realidad, el país del que habla no existe, lo que hay es un país en sufrimiento, sin clase media, sin jóvenes que puedan mirar con esperanza el futuro y con ancianos y jubilados a los que este Gobierno corta sus pensiones que ganaron durante toda su vida trabajando", lanzó Seguro.
El secretario general del Partido Socialista insistió en que comparte con el Ejecutivo el objetivo de salir del programa de asistencia financiera, pero de otra manera.
"Lo que nos separa es la forma de hacerlo", defendió Seguro, quien distinguió entre los cortes que en su opinión adopta este Gobierno y las reformas que ha ido aplazando. EFE