Lisboa, 25 mar (EFE).- El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, se comprometió hoy a dar un nuevo impulso a las políticas sociales después de tres años en los que la grave situación financiera del país obligó a atender otras prioridades.
"En el contexto de emergencia que vivimos en ese período, las severas dificultades y restricciones a las que quedamos sujetos no nos permitió atender las políticas sociales con el alcance que será posible de ahora en adelante", señaló Passos Coelho durante la apertura de un foro sobre distribución.
El máximo responsable del Gobierno conservador luso reaccionó así a la publicación el lunes de los últimos datos sobre el riesgo de pobreza, una situación en la que ya se encuentra casi una quinta parte (18,7 %) de la población del país, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) luso.
Este porcentaje bate un nuevo máximo desde 2005, reflejo de la recesión económica registrada en 2011, 2012 y 2013, así como del empeoramiento del desempleo, que se sitúa ahora en torno al 15 %.
"Tendremos que proteger y elevar los rendimientos más bajos de los ciudadanos que no pueden renunciar a los apoyos sociales. Tendremos que reducir las desigualdades y las injusticias sociales", admitió Passos Coelho, quien llegó al poder en junio de 2011 tras la concesión del rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a Portugal.
Las palabras del primer ministro fueron pronunciadas en un acto con diferentes representantes empresariales, sector que en los últimos meses ha reclamado al Ejecutivo medidas de estímulo para mejorar los bajos niveles de consumo.
Tanto la patronal como los sindicatos, de hecho, coinciden en apostar por una subida del salario mínimo que ya está en la mesa de negociaciones con el Gobierno.
Passos Coelho, no obstante, ha reiterado en las últimas semanas que el país debe mantener sus políticas de contención presupuestaria y que todavía existen reformas por acometer para garantizar la sostenibilidad de sus cuentas públicas.
El primer ministro defiende -a pesar de las duras críticas de la oposición de izquierdas- que los ajustes sólo podrán ser aliviados con la llegada del crecimiento económico.
"El camino que el país tiene por delante no será más fácil ni menos exigente que el recorrido hasta aquí", advirtió el jefe del Ejecutivo hace justo un mes.
Portugal se encuentra ya en la fase final de su rescate financiero, que espera cerrar con éxito a mediados de mayo, aunque todavía debe decidir si opta por una salida limpia -como Irlanda- o si recurre a algún mecanismo de apoyo comunitario para reducir los riesgos durante su regreso a los mercados de deuda a largo plazo.