Londres, 25 oct (.).- El secretario de Estado británico encargado del Brexit David Frost, advirtió este lunes de que las concesiones de la Comisión Europea (CE) para rebajar fricciones en el comercio entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte son insuficientes.
"No van lo suficientemente lejos", afirmó Frost ante una comisión de la Cámara de los Comunes, y consideró que la propuesta europea no concuerda con la "ambiciosa liberalización del comercio" en la región que "quiere ver" el Gobierno británico.
"Lo que estamos intentando poner a prueba es si (la UE) es capaz de encontrar las bases para ir más allá de aquello que han puesto sobre la mesa", detalló el negociador del Brexit, que espera que el diálogo en torno a este asunto llegue a una conclusión antes de finales de diciembre.
El Protocolo para Irlanda del Norte, integrado en los acuerdos del Brexit que firmaron Londres y Bruselas, entró en vigor el pasado 1 de enero.
El Gobierno británico cree que los controles aduaneros que se establecieron a las mercancías que entran en la provincia británica procedentes del resto del Reino Unido crean demasiadas fricciones en su mercado interno.
La Unión Europea argumenta que el protocolo es necesario para mantener las condiciones que marcan los acuerdos de paz de 1998, que exigen que no haya una frontera física en la isla de Irlanda, así como para evitar la entrada sin control de mercancías en el mercado único europeo.
Ante el descontento de Londres, la Comisión Europea publicó hace dos semanas una propuesta que prevé reducir un 80 % los controles sanitarios y fitosanitarios a las mercancías que cruzan desde Gran Bretaña hacia Irlanda del Norte, entre otras medidas.
Al comentar esa propuesta, Frost aplaudió el hecho de que la UE "por primera vez admite que podría estar dispuesta a cambiar sus propias leyes para lidiar con la especial situación de Irlanda del Norte".
El diálogo "ha sido algo constructivo hasta ahora", describió el secretario de Estado británico, que sin embargo alertó de que la brecha entre las posturas a ambos lados del canal de la Mancha "continúa siendo significativa".
Frost subrayó además que las exigencias británicas no se limitan a la reducción de controles aduaneros, sino que aspiran a modificar el papel que se da a los tribunales europeos en el Protocolo norirlandés.
En lugar de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) tenga la última palabra en disputas comerciales, Londres quiere establecer "un mecanismo de arbitraje" similar al que se establece en acuerdos de libre comercio bilaterales al uso.
"Es muy insólito que un tratado internacional dictamine que las disputas se diriman en el tribunal de una de las dos partes", dijo Frost, que considera "fundamental eliminar" esas disposiciones del Protocolo para "seguir adelante".
El secretario de Estado británico insistió en que en su opinión se han cumplido las condiciones para invocar el Artículo 16 del Protocolo, que ambos lados pueden utilizar para suspender su aplicación de manera unilateral si consideran que los acuerdos aduaneros crean demasiadas fricciones.
Con todo, aseguró que su objetivo es por ahora llegar a un acuerdo con la UE para reformar el texto, una salida que sería "mucho mejor para la estabilidad" que las medidas unilaterales, argumentó.