Lisboa, 3 oct (EFE).- El presidente del Banco Santander Totta, António Vieira Monteiro, aseguró hoy que la decisión de presentar una demanda contra el Estado luso por el llamado caso de los "swap" fue tomada "a disgusto" y se mostró abierto a la negociación.
Durante una intervención ante la comisión parlamentaria que investiga en Portugal este escándalo financiero, Vieira Monteiro explicó que se eligió la vía judicial para defender la actuación de la entidad financiera lusa.
"Esto no compromete nuestra disposición, como siempre manifestamos, a colaborar para encontrar soluciones equitativas y adecuadas que satisfagan el interés de todas las partes", afirmó el presidente ejecutivo de la división lusa del Santander.
El llamado caso de los "swap", que ha provocado en los últimos meses un terremoto político en Portugal, explotó el pasado mes de abril tras salir a la luz que varias empresas públicas contrataron productos financieros de alto riesgo durante la década pasada que les generaron unas pérdidas cercanas a 3.000 millones de euros.
Algunos de estos contratos "swap" -utilizados habitualmente para proteger a la firma que solicita un crédito a un tipo de interés variable de una posible subida del Euríbor- fueron suscritos a través del Santander.
La entidad demandó al Estado portugués a principios de septiembre por supuestos errores en unos informes sobre estos contratos de cobertura de riesgo crediticio acordados con empresas públicas, actualmente bajo investigación parlamentaria.
El Totta, concretamente, exige una indemnización por los daños causados a su reputación derivados de la presentación en un informe realizado por el Instituto de Gestión del Crédito Público (una agencia estatal) con cifras incorrectas sobre un contrato vendido al Metro de Oporto.
Previamente, el Gobierno conservador luso se reunió con los responsables del banco para renegociar estos "swap", aunque las conversaciones no llegaron a buen puerto, al contrario que las mantenidas con el resto de entidades financieras implicadas.
Desde que surgiera el escándalo ya son tres los secretarios de Estado que tuvieron que dimitir debido a que todos ellos formaban parte de la administración de alguna de las compañías públicas implicadas, e incluso la actual ministra de Finanzas, Maria Luís Albuquerque, continúa en el punto de mira por el mismo motivo.
El presidente del Santander Totta, por su parte, insistió durante su intervención en el Parlamento en que el banco "en nada se beneficia con las pérdidas" de las compañías públicas ni tampoco con sus ganancias, ya que su papel se limita a ser "intermediario financiero" de otros inversores.
Vieira Monteiro negó igualmente que la entidad condicionara la concesión de préstamos a estas firmas a cambio de contratar los "swap" y pidió a los diputados analizar el caso "con la información que existía en ese momento", -entre 2005 y 2007-, y no a la luz de datos posteriores.
Estos "swap" permitían en la práctica sustituir el interés variable de un préstamo ya suscrito con anterioridad por una penalización fija en caso de que el Euríbor subiera por encima de una determinada tasa, lo que permite a la compañía saber con mayor exactitud sus costes de financiación y en ocasiones ahorrar dinero.
Ese producto, considerado especulativo por algunos analistas y expertos, puede generar elevadas pérdidas si la premisa inicial se incumple, es decir, si el Euribor baja en vez de aumentar, como así ocurrió. EFE