Tokio, 24 jul (.).- El yen tocó este miércoles su nivel más alto con respecto al dólar y el euro en dos meses, el rango de las 154 y 167 unidades, respectivamente, entre especulaciones de que el banco central japonés podría subir su tasa de interés de referencia en su próxima reunión.
La moneda japonesa subió rápidamente desde casi 156 unidades hasta las 154,35 en apenas dos horas con respecto al dólar en el mercado de divisas durante las horas de negociaciones bursátiles en Tokio, una apreciación similar a la que experimentó con el euro, frente al que subió de la banda baja de las 169 unidades hasta tocar las 167,45.
El yen no subía hasta esos rangos desde principios del pasado mayo.
Esta nueva apreciación se produce en medio de las expectativas sobre si el Banco de Japón (BoJ) podría optar por subir su tasa de interés a corto plazo en su reunión de la próxima semana, una apuesta alimentada por recientes comentarios de parlamentarios del partido gobernante nipón, interpretados como un llamamiento al banco para que avance en la normalización de su política monetaria.
La divisa japonesa ha venido experimentando una apreciación progresiva desde mediados de julio, cuando una acentuada subida desde las casi 162 unidades por dólar y un histórico 175 por euro, hizo pensar en una nueva intervención nipona en los mercados, que según analistas estimaron en unos 2 billones de yenes (11.900 millones de euros).
Las últimas intervenciones monetarias del Gobierno japonés de las que se tienen constancia oficial se produjeron entre finales de abril y mayo, período en el que el Ministerio de Finanzas desembolsó 9 billones de yenes (unos 53.600 millones de euros) para frenar la rápida depreciación del yen, que había vuelto a acelerarse.
Esto se debe principalmente a la aún estrecha brecha entre los tipos de referencia que aplica el BoJ, del 0,1 %, y los de la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), por encima del 5 % y el 4 %, respectivamente.
El banco central japonés decidió el pasado marzo dar un giro a su política y abandonar las tasas negativas, acometiendo su primera alza de tipos en 17 años, pero desde entonces se ha mostrado reacio a dar un paso más arriesgado, en un momento en el que el consumo se mantiene débil y los precios crecen por encima del 2 % sin percibirse un aumento real de los salarios a nivel nacional.
Los analistas consideran que el BoJ podría estar barajando ahora ir más allá en el actual contexto de inflación (se aceleró en junio por segundo mes consecutivo, hasta el 2,6 %) y la debilidad del yen, que estaría llevando al Gobierno a presionar a la entidad, por su impacto en las financias públicas, en las que las importaciones energéticas y de materias primas tienen un peso importante.