Lisboa, 8 mar (.).- Decenas de trabajadores de la empresa de asistencia aeroportuaria en tierra ("handling") Groundforce Portugal se concentraron hoy ante el Parlamento del país para exigir el pago de los salarios retrasados ante la falta de acuerdo entre el principal accionista de la compañía y el Estado para encontrar una solución.
La empresa lusa ha sido golpeada duramente por la pandemia y la caída del tráfico aéreo, lo que ha complicado su situación económica y ha dejado en el aire el salario de febrero de sus 2.400 trabajadores.
Varias decenas se concentraron este lunes a las puertas del Parlamento, en Lisboa, liderados por la Comisión de Trabajadores de la empresa, que fue recibida en la Asamblea por varios grupos parlamentarios y que exige una solución.
La concentración se produjo después de varios días de negociaciones sin éxito entre la portuguesa Pasogal (principal accionista de Groundforce, con el 51,1 % del capital) y el Estado portugués (dueño de la aerolínea TAP, que tiene el 49,9 % restante).
Pasogal quería un adelanto de 2 millones de euros por parte de TAP para poder pagar los salarios de febrero, pero TAP exigía que a cambio se colocasen como garantía las acciones que tiene en Groundforce.
Sin embargo, este lunes se conoció que Pasogal ya había dado esos títulos como garantía de otro préstamo, lo que hizo caer las negociaciones, según avanzaron medios locales.
El ministro de Infraestructuras portugués, Pedro Nuno Santos, aseguró la semana pasada que no tienen interés en nacionalizar la compañía de handling, ya que no tiene el "carácter estratégico" de la aerolínea TAP, el principal cliente de Groundforce.
El Estado portugués tiene el control de TAP desde el año pasado, cuando aumentó su presencia en el capital, donde actualmente controla el 72,5 %, para salvarla de la quiebra.
La aerolínea recibió una inyección de capital de 1.200 millones de euros y podría necesitar de entre 2.214 y 2.550 millones adicionales para cubrir sus necesidades de financiación hasta 2024, según las cuentas desveladas en diciembre por Pedro Nuno Santos.