Madrid, 8 mar (.).- Los españoles, y los europeos en general, han recurrido al crédito y a aumentar el número de horas trabajadas para ganar más dinero como principales estrategias para amortiguar el impacto del aumento del coste de la vida derivado de la inflación, sobre todo aquellos que contaban con un reducido colchón de liquidez.
Esta es una de las conclusiones de un artículo publicado este viernes en el último Boletín Económico del Banco de España, que analiza las citadas estrategias y cómo han variado en función de las características de los hogares, con los datos de la encuesta del BCE sobre las expectativas de los consumidores.
Según el artículo, en España los hogares recurrieron al crédito más frecuentemente que los del conjunto de la UEM o bien a trabajar más horas e incluso a buscar un segundo trabajo para tener más dinero.
Esto concuerda con los datos de la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat, según los cuales los trabajadores pluriempleados aumentaron un 6,8 % en España entre septiembre de 2022 y septiembre de 2023, frente al 1 % del conjunto de la Unión Económica y Monetaria (UEM).
Asimismo, tanto en España como en el resto de la UE, las familias han optado por buscar alternativas más baratas para algunos productos de la cesta de la compra (ofertas), así como por trabajar más horas y tirar de crédito y ahorros para continuar afrontando sus gastos.
Esto ha permitido que el consumo se haya recuperado en los últimos trimestres y haya alcanzado, a finales de 2023, los registros previos a la pandemia.
Según las conclusiones de esta encuesta, los jóvenes, las mujeres y las personas de menor nivel educativo o quienes residen en régimen de alquiler son los que han optado más frecuentemente por aumentar las horas trabajadas para hacer frente a la inflación.
A doce meses vista, y en comparación con lo observado en el último año, entre agosto y octubre de 2023 los hogares españoles anticipaban un mayor incremento en su oferta laboral para absorber la evolución de los precios que en el pasado reciente.
Asimismo, la proporción de hogares que preveían retrasar la compra de bienes duraderos y reducir su nivel de gasto se elevó (en 3,6 y 5,2 puntos porcentuales, respectivamente) en comparación con lo observado en los doce meses previos.
En contraposición, el porcentaje de hogares que esperaban recurrir a préstamos para hacer frente a la evolución de los precios en los siguientes doce meses se redujo en 1,8 puntos en comparación con los que indicaron haberlos solicitado con este fin en los doce meses anteriores.