Madrid, 22 jul (.).- El Gobierno español sugiere actuar sobre la oferta de gas en vez de sobre la demanda como medida de solidaridad con los socios de la Unión Europea ante un posible corte de suministro ruso, tras rechazar el recorte generalizado del 15 % en el consumo de esta materia prima propuesto por Bruselas para todos sus miembros.
Según han informado a Efe fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, España propone que se pongan en valor sus infraestructuras y se tengan en cuenta las exportaciones de gas al resto de la Unión Europea con relación a los últimos cinco años, ya que la media fue de dos teravatios hora (TWh) al mes y se puede llegar a los 6,7 TWh mensuales.
Los planes de la región pasan por ahorrar 45 millardos de metros cúbicos (bcm, por sus siglas en inglés) de gas entre agosto y marzo, de los que España puede aportar 5,6 bcm en este periodo de ocho meses.
En concreto, ello equivale a que la Unión Europea necesita 450 buques metaneros y España puede dar 57, explican las mismas fuentes.
El país, que, en todo caso, impulsará medidas de ahorro y eficiencia energética, está estudiando cómo incrementar esa capacidad y solidaridad con el puerto gijonés de El Musel y otras opciones, como el envío de gas a Livorno (Italia) desde Barcelona o aumentando la capacidad de los gasoductos con Francia.
La Comisión Europea propuso este miércoles una regulación que pide a todos los Estados miembros reducir un 15 % su consumo de gas entre el 1 de agosto y el 31 de marzo de 2023 respecto a la media del mismo periodo en los últimos cinco años, un recorte que, de momento, será voluntario.
No obstante, prevé que el Ejecutivo comunitario pueda imponer la rebaja con carácter obligatorio cuando se declare una "alerta" en toda la Unión sobre la seguridad del suministro.
El objetivo de recorte es el mismo para todos los Estados, a pesar de que la dependencia del gas ruso varía mucho de uno a otro, siendo mucho mayor en países como Alemania o Italia, que en España o Portugal, lo que ha comenzado despertado las reticencias de algunos Gobiernos.
En España, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, manifestó el rechazo a esta iniciativa.
"Defendemos los valores europeos, pero no podemos asumir un sacrificio sobre el que ni siquiera nos han pedido opinión previa", dijo Ribera en rueda de prensa sobre una idea que "no es necesariamente la más eficaz, ni la más eficiente, ni la más justa".
La vicepresidenta tercera aclaró, además, que "pase lo que pase, las familias españolas no van a sufrir cortes de gas ni luz en sus casas", y que España "va a defender la posición" de su industria.
Los ministros de Energía de los Veintisiete tienen previsto abordar esta propuesta en un Consejo extraordinario que tendrá lugar en Bruselas el próximo 26 de julio, y para la aprobación del plan haría falta el voto a favor de una mayoría de países.