París, 23 jul (EFE).- El presidente de PSA Peugeot Citroën, Philippe Varin y el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, acordaron hoy que no haya "despidos en seco" en el plan del fabricante automovilístico francés para suprimir 8.000 puestos de trabajo en Francia.
"Nos hemos comprometido a que cada asalariado tenga una solución a su problema de empleo (...), a que no haya despidos en seco y que haremos el máximo por asegurar la reindustrialización de Aulnay-sous-Bois", donde se encuentra una planta de PSA que se cerrará en 2014, aseguró Varin.
Se trata de una línea que coincide con el análisis de la reunión de Ayrault, según un comunicado distribuido por la oficina del primer ministro, quien se reunió la semana pasada con los sindicatos de esa empresa.
El máximo responsable del grupo automovilístico calificó el diálogo con Ayrault como "muy constructivo" y agregó que ha hecho saber al jefe del Gobierno que la empresa atraviesa una "situación particularmente difícil".
"Hemos reafirmado nuestro compromiso con un diálogo social ejemplar", agregó Varin al término de la entrevista de poco más de una hora.
La semana pasada, PSA anunció que prevé la supresión de 8.000 empleos -ninguno de ellos en España- y el cierre en 2014 de la planta de Aulnay-sous-Bois, situada en el noreste de la periferia de París.
Dos días después, el presidente de Francia, Fraçois Hollande, señaló el día de la fiesta nacional de su país que la de PSA se trata de una iniciativa "inaceptable" que debería renegociarse.
El ministro de la Recuperación Productiva, Arnaud Montebourg, se mostró más duro que Hollande, aseguró que existe "un verdadero problema" en la estrategia del grupo y señaló directamente a la familia Peugeot, accionistas del grupo al 25 por ciento.
Montebourg presentará el próximo miércoles al consejo de ministros un plan de apoyo al sector del automóvil.
La reunión de hoy entre el primer ministro y el presidente de PSA se produjo después de que el fabricante hiciera público un nuevo acuerdo de cooperación con el japonés Toyota para producir vehículos comerciales que se venderán en Europa bajo la marca nipona. EFE