Roma, 31 oct (.).- El presidente de Argentina, Alberto Fernández, reclamó este domingo que los derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI) se canalicen hacia los países de la periferia, según un comunicado oficial sobre su intervención en la tercera sesión plenaria de la cumbre de líderes del G20, en Roma.
El mandatario argentino explicó que, “en el caso de América Latina y el Caribe, la canalización de los DEG hacia la banca regional de desarrollo es clave, pues pueden capitalizarla y apalancarla, otorgar garantías anti-cíclicas y promover inversiones privadas”.
Fernández llamó a “todos los países para que esta oportunidad de canalización de los DEG para el desarrollo sostenible no resulte desperdiciada por trabas burocráticas o confort hacia el statu quo”.
Y afirmó que “sería trágico que los DEG engrosaran reservas de países que no lo necesitan, mientras aumenta el atraso de países que necesitan financiamiento como el agua”.
El mandatario argentino aseguró que, “desde las periferias del mundo”, se necesita “financiamiento genuino para el desarrollo sin la complicidad local de quienes lo fugan a paraísos fiscales”.
Argentina, que se encuentra renegociando una deuda con el FMI por 43.092 millones de dólares, de acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles, recibió en agosto pasado DEG por un total de 4.334 millones que el FMI giró como parte de una decisión global para reforzar la liquidez mundial afectada por la pandemia, pero se prevé que los utilice para pagar los vencimientos de este año con el organismo.
El presidente argentino llamó a este domingo también a “reformular el sistema de calificación crediticia, para que la dimensión ambiental no castigue a los países en desarrollo, aumentando el costo de la deuda soberana y el pago de intereses”.
Y advirtió de que “la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible está en terapia intensiva” porque “las brechas de bienestar corren el riesgo de convertirse en una fractura de dimensiones catastróficas” que “la pandemia ha incrementado”, con “especial dureza en América Latina y el Caribe”.
“Sin la construcción de un nuevo paradigma financiero internacional ninguno de estos desafíos será superado”, alertó.
Al recordar que el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS2) convoca a “poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”, afirmó que “Argentina reclama poner fin a las políticas agrícolas que perjudican especialmente a los países en desarrollo”.
“Desde el G20 debemos enviar un mensaje político sobre la importancia de avanzar en estas negociaciones de larga data en la Organización Mundial del Comercio y concluir sin dilaciones este acuerdo, antes de su próxima Conferencia Ministerial”, arengó.