Madrid, 15 abr (.).- Todas las miradas estaban puestas en la junta de accionistas que Ferrovial (BME:FER) celebró este jueves, una cita decisiva para mudar su sede social a Países Bajos, y a pesar de las insistentes presiones del Gobierno para que diera marcha atrás, no hubo sorpresas de última hora y el grupo sigue adelante con el guión.
Entre una gran expectación, la firma presida por Rafael del Pino logró un apoyo masivo a su traslado, que fue refrendado por el 93,3 % de los votos de la junta. Y tal y como se preveía, su hermano Leopoldo, cuarto accionista del grupo con un 4,15 %, rechazó la operación. Las desavenencias no son nuevas, sus votos en contra son habituales en las juntas que celebra la compañía.
Pese al fuerte rechazo del Gobierno; de sus reiterados mensajes dirigidos a los accionistas horas antes de que decidiesen su voto; de plantearse recurrir al escudo antiopas o de rechazar las razones económicas aducidas por Ferrovial, lo que condicionaría las exenciones por las plusvalías latentes que afloren con la operación, la empresa ha logrado anotarse el primer set del partido.
Los continuos choques con el Ejecutivo, que se prepara para las próximas elecciones y quiere despejar cualquier duda sobre la seguridad jurídica en España, no dieron resultado y varias asociaciones de accionistas minoritarios denunciaron en la junta estas injerencias y calificaron de "excesivos, improcedentes y al borde de la ilegalidad" los ataques de las autoridades españolas.
SALIR DEL CAPITAL, UNA OPCIÓN POCO ATRACTIVA
Allanado el camino, la vista está puesta en el siguiente objetivo: que los derechos de separación que pueden ejercer los accionistas que han votado en contra de este traslado no superen los 500 millones.
De ejercerlo Leopoldo del Pino el montante alcanzaría los 790 millones, pero todo parece indicar que descartará esta opción ya que, teniendo en cuenta el valor actual de mercado de su participación, le supondría una minusvalía de 48 millones.
En consecuencia, si el resto de los votos en contra de la junta, el 0,29 %, ejercieran este derecho, el desembolso no sería un problema para la compañía.
Y es que, hoy por hoy, acogerse a esta opción no resulta rentable ya que Ferrovial se ha comprometido a abonar a los accionistas que quieran salir del capital 26,0075 euros por acción, mientras que los títulos del grupo han cerrado la semana en 27,59 euros, el 6 % más.
Desde el pasado 28 de febrero, cuando Ferrovial anunció esta operación, las acciones del grupo se han revalorizado un 5 %, un porcentaje que se acerca al 13 % desde que arrancó 2023.
No obstante, hará que esperar un mes desde que se publique en el Boletín Oficial del Registro Mercantil el acuerdo de la junta para saber cuántos accionistas hacen uso de este derecho de separación.
EL CALENDARIO CORRE
Si todo sigue su curso, y parece que así será, Ferrovial será absorbida por su filial holandesa FISE, que adquirirá todos los activos y pasivos. De esta forma, Ferrovial se extinguirá mediante su disolución y todo pasará a estar bajo el paraguas de FISE con efectos contables desde el 1 de enero.
Los accionistas recibirán en canje una acción de FISE por cada uno de sus títulos de Ferrovial y la denominación de FISE pasará a ser Ferrovial SE.
Una vez sea efectiva la fusión, en torno al segundo semestre, FISE solicitará la admisión a negociación de las acciones en la bolsa de Ámsterdam y en las bolsas de valores españolas. Posteriormente, hará lo propio en el mercado norteamericano.
Entonces se abrirá un nuevo camino para la compañía, fundada en España en 1952, y que está centrada en aumentar su peso exterior, su verdadero motor de crecimiento, con Estados Unidos como su mercado estrella.
(Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód: 21216813 y otros)