Helsinki, 21 dic (.).- La compañía eléctrica finlandesa Teollisuuden Voima Oy (TVO) anunció este martes que ha puesto en marcha su nuevo reactor nuclear Olkiluoto 3 (OL3), primer paso para culminar un proyecto que acumula trece años de retraso y sobrecostes multimillonarios respecto al plan inicial.
OL3, construido por un consorcio formado por el grupo francés Areva (PA:AREVA) y el alemán Siemens, es el quinto reactor nuclear del país nórdico y, una vez alcance su pleno funcionamiento, generará cerca del 14 % de la electricidad de Finlandia.
Según TVO, la nueva planta, con una potencia de 1.650 megavatios (MW), comenzará a generar electricidad a finales del próximo enero y aumentará gradualmente su potencia hasta alcanzar la producción regular en junio de 2022.
"OL3 refleja un fuerte profesionalismo nuclear y la voluntad de hacer realidad el mayor acto en favor del clima de Finlandia", afirmó en un comunicado Marjo Mustonen, vicepresidente de TVO.
Cuando en 2005 se iniciaron las obras de construcción, Olkiluoto 3 simbolizó el inicio de una nueva era en la generación de energía atómica, al incorporar el primer Reactor Europeo Presurizado (EPR) del mundo.
En aquel entonces era la primera central nuclear que se construía en un país occidental desde la catástrofe de Chernobil (Ucrania), en 1986, un grave accidente que llevó a muchos gobiernos a aprobar el cierre paulatino de sus plantas atómicas.
Más tarde, la crisis climática volvió a poner sobre la mesa la alternativa nuclear por su eficiencia energética y sus reducidas emisiones de CO2, y países como Francia, el Reino Unido y China optaron por construir nuevas centrales atómicas con tecnología EPR.
Sin embargo, la construcción de Olkiluoto 3 se convirtió en una pesadilla para el consorcio contratista, Areva-Siemens, debido a los numerosos contratiempos, errores de cálculo y fallos en la construcción desde el inicio de las obras.
Según los términos del contrato, Areva-Siemens debía finalizar el proyecto en 2009 a un precio prefijado en 3.000 millones de euros, pero la construcción ha terminado costando trece años más de lo previsto y su coste final se estima en unos 11.000 millones de euros.
Los continuos retrasos provocaron un contencioso legal entre TVO y el consorcio contratista, que se culparon mutuamente de que el proyecto se eternizara y llevaron el conflicto a la Cámara Internacional de Comercio (ICC).
Finalmente las partes llegaron a un acuerdo para cerrar el contencioso y pactaron repartirse los sobrecostes, de modo que TVO deberá abonar 5.700 millones de euros por la nueva planta nuclear, casi el doble del precio inicial, y Areva-Siemens el resto, según medios locales.