Lisboa, 11 abr (EFE).- La agencia de calificación de riesgo Fitch anunció hoy que mantiene la nota de Portugal en "BB+", equivalente a "bono basura", aunque también decidió cambiar su perspectiva de negativa a positiva.
Los analistas de Fitch justificaron esta mejora por "no anticipar acontecimientos que puedan llevar a un cambio negativo de la calificación", y ensalzaron la labor de consolidación llevada a cabo por el país en los últimos años.
Además, sus previsiones de crecimiento para Portugal son ahora notablemente más optimistas, y apuntan a un crecimiento del 1,3 % del PIB para este año -muy lejos del 0,2 % que pronosticaron en su último informe- y del 1,5 % para 2015 -frente al 1 % de su anterior reporte-.
La agencia de notación financiera consideró que no existen riesgos políticos a corto plazo, aunque admitió tener dudas sobre el consenso entre los partidos lusos en el período post-troika acerca de la necesidad de continuar con su programa de reformas.
El Partido Social Demócrata (PSD) y los democristianos del CDS-PP, que juntos conforman el actual Gobierno conservador, han prometido continuar en esta misma línea durante los próximos años, mientras que los socialistas y el resto de fuerzas de izquierda hacen especial hincapié en poner fin a la austeridad y estimular el crecimiento.
Sobre el cierre de su rescate financiero, previsto para mediados de mayo, Fitch aconsejó al Ejecutivo luso recurrir a una línea de crédito preventiva concedida por sus socios de la UE en vez de optar por una salida "limpia", como hizo Irlanda.
El Gobierno liderado por el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, anunció que esta decisión será comunicada antes del próximo 5 de mayo.
En opinión de los analistas de Fitch, esta línea de crédito preventiva "protegería a Portugal de potenciales riesgos" durante su regreso a los mercados de deuda a largo plazo, ya que el país presenta unas "elevadas necesidades de financiación" en los próximos ejercicios.
Además, recordó que recurrir a este mecanismo de apoyo daría más seguridad a los inversores sobre el compromiso del país en seguir con sus políticas de consolidación encaminadas a reducir su nivel de deuda pública, que actualmente equivale al 130 % del PIB luso.