Madrid, 11 abr (.).- CCOO y el sindicato francés CGT Cheminots acusan a la empresa pública gala SNCF, que entró a operar en España en mayo pasado a través de su filial de bajo coste Ouigo, de "prácticas muy agresivas socialmente" en el mercado ferroviario español, extremo que niega la compañía.
Ambos sindicatos han denunciado este viernes en un comunicado que SNCF emplea en España con condiciones laborales "muy por debajo del convenio colectivo del grupo Renfe y aprovechando que no existe un convenio colectivo sectorial, lo que le permite realizar un dumping social generalizado".
Sin embargo, Ouigo España ha asegurado a Efe que los costes laborales "no son en absoluto" la palanca con la que consigue reducir el precio final de los billetes y no lo podrían ser nunca, "por el simple hecho de que éstos no suponen la mayor carga a la que nos enfrentamos, comparado con otros costes tales como los cánones ferroviarios, los de mantenimiento o los de la energía".
Su modelo organizativo se caracteriza por la introducción de elementos de eficiencia en cada uno de los procesos de gestión, así como en un aprovechamiento eficiente de su material rodante, lo que le permite trasladar los ahorros al precio de los billetes, ha explicado Ouigo.
La compañía ha defendido que cuida a sus empleados "como uno de sus pilares más importantes y en los que se basa gran parte de su estrategia", añadiendo que el 100 % de su plantilla actual cuenta con un contrato fijo indefinido, además de que, a nivel salarial, se sitúa por encima del mercado, "tanto en el rango bajo como en el alto del escalafón, según el nivel de experiencia".
La entrada a su plantilla se realiza con salarios más competitivos y, a medida que los trabajadores adquieren experiencia, esta ventaja respecto a otros operadores se mantiene.
Además, a este salario, se suman variables y beneficios (seguros médicos y de vida, pago del abono transporte y billetes gratuitos para familiares y amigos) que configuran un paquete retributivo muy competitivo, así como programas de formación de alto nivel.
Ouigo concluye que, por tanto, la reducción del precio de los billetes "no se realiza a costa del menoscabo de las condiciones laborales de sus empleados", ya que resulta incompatible con su estrategia de ofrecer un servicio de calidad a sus clientes.
Por el contrario, los sindicatos consideran que SNCF, aprovechando la liberalización del sector, "eligió la economía de guerra y la competencia", al materializarse con la llegada de Ouigo a España el fin de su cooperación con Renfe a través de la sociedad Elipsos Internacional, que durante años ha demostrado ser "una solución que garantizaba la calidad del servicio y condiciones laborales dignas para los empleados".
SNCF ya ha anunciado la intención de acabar con esta colaboración empresarial a partir del próximo 31 de diciembre, han lamentado los sindicatos, que piden que no se renuncie a ella y se muestran "dispuestos a negociar y hacer todo lo posible para encontrar una asociación beneficiosa" para ambas partes.
Las organizaciones temen que se apliquen "las mismas estrategias de dumping social y precarización de los derechos laborales" en Francia, donde Renfe se está posicionando en respuesta a las licitaciones relativas a la apertura a la competencia de los servicios regionales y también está considerando lanzar conexiones de alta velocidad.
CGT Cheminots y CCOO han subrayado que "éste no es su modelo ferroviario, un modelo que tiene el dumping social como única variable de ajuste para competir".
En su opinión, la mejor opción para facilitar la interconexión ferroviaria está en la cooperación entre las empresas públicas del sector de los diferentes países frente a la competencia.