París, 17 mar (.).- La Autoridad de la Competencia de Francia dio este miércoles la razón a Apple (NASDAQ:AAPL) frente a un grupo de empresas de publicidad en línea que lo habían denunciado por permitir a los usuarios de sus dispositivos que den su consentimiento para que las aplicaciones puedan hacer un seguimiento de su actividad.
El origen del contencioso está en el anuncio que el gigante estadounidense hizo el 22 de junio del pasado año de que para reforzar la privacidad de sus clientes desde septiembre de 2021 iba a poner en marcha un dispositivo bautizado ATT (App Tracking Transparency).
Eso permite que el propietario de dispositivos como el iPhone pueda decidir cada vez que carga una aplicación si da su visto bueno para que se compartan sus datos personales con fines publicitarios cuando navega.
La Autoridad de la Competencia señaló en un comunicado que, en contra de lo que pretendían los denunciantes el pasado octubre, la instalación de ATT no parece "una práctica abusiva".
En primer lugar porque aunque se pueda considerar que Apple está en posición dominante, tiene libertad para fijar las reglas de acceso a sus servicios si no infringen las normas de la competencia.
También porque la reglamentación sobre protección de la privacidad no se opone a esa obligación del consentimiento siempre que no lleve aparejada un sesgo contrario al seguimiento con fines publicitarios.
Además, ATT puede facilitar al usuario el control que se hace de sus datos personales.
En cualquier caso, una vez rechazadas las medidas preliminares que exigían los demandantes, la Autoridad de la Competencia realizará una instrucción a fondo para verificar que ese dispositivo no constituye una forma de discriminación.
Es decir, que Apple no impone reglas más estrictas que a sí misma a operadores externos que creen aplicaciones.
Las empresas que recurrieron a la Autoridad de la Competencia le reprochaban que se obligue a quienes desarrollan aplicaciones para sus dispositivos pedir el visto bueno de los usuarios para que les hagan un trazado de su navegación ya que creían que eso era un trato injusto, propio de un actor que abusa de su posición dominante en el mercado.