París, 7 nov (.).- El Gobierno francés plantea la imposición de un "dividendo asalariado" que estarían obligadas a pagar a sus empleados las empresas con beneficios que deciden repartir dividendos a sus accionistas, como una forma de repartir el valor creado sin recurrir a subidas generalizadas de salarios.
La lógica de ese "dividendo asalariado" es "compartir el valor", lo que redunda en "beneficios para todos, no solo para unos cuantos", explicó este lunes el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, en una entrevista en el canal BFMTV.
"Cuando una empresa tiene beneficios y puede pagar dividendos a sus accionistas, debe garantizar una mejor remuneración a sus asalariados", según Le Maire.
A finales del mes pasado, el presidente, Emmanuel Macron, ya había relanzado en una emisión de televisión la idea de que "cuando hay un aumento del dividendo para los accionistas, tiene que haber lo mismo para los empleados".
Era una forma de hacer emerger lo que él mismo había esbozado dos años antes cuando preconizaba un dispositivo obligatorio para "compartir beneficios en las empresas que pagan dividendos".
El ministro de Economía no dio precisiones ni sobre plazos ni sobre sus intenciones concretas para materializar ese "dividendo asalariado".
Su colega de Trabajo, Olivier Dussopt, había explicado en una entrevista en la emisora France Info que asumiría sus responsabilidades sobre esa cuestión si no hubiera ningún acuerdo entre los interlocutores sociales en tres o cuatro meses.
Los sindicatos lo que quieren son subidas salariales generales, en particular mediante mecanismos automáticos de indexación, algo que existe para el salario mínimo.
A la patronal, por razones bien diferentes, tampoco le gusta un dispositivo de ese tipo con el argumento de que se confunden el capital y el trabajo. De acuerdo con su argumentación, los dividendos son una remuneración de los inversores que asumen una serie de riesgos.