París, 25 sep (EFE).- El Gobierno francés presentó hoy su proyecto de presupuestos para 2014, que prevé unos recortes de 15.000 millones de euros y una subida de impuestos de 3.000 millones, con el objetivo de llevar el déficit presupuestario hasta el 3,6 % del PIB, cinco décimas menos que en 2013.
París ya había advertido que no cumpliría el año próximo el objetivo de situar el déficit público por debajo del 3 %, tras haber recibido un año suplementario de Bruselas para cumplir esa exigencia.
El ministro de Economía, Pierre Moscovici, señaló que unas cuentas demasiado austeras hubieran podido traducirse en un freno al crecimiento económico que comienza a verse en Francia, tras haber salido de la recesión en el segundo trimestre de este año, cuando ha crecido un 0,5 %.
El Ejecutivo prevé un crecimiento del 0,9 % del PIB en 2014, frente al 0,1 % de este año.
Si se añaden los gastos de ayuda a la creación de empleo, no contabilizados en el déficit público según el método aplicado por Bruselas, el déficit del Estado se situará en los 82.200 millones de euros al término del ejercicio, frente a los 71.800 millones del actual, mientras que el déficit de la seguridad social pasará a 13.000 millones de euros, frente a los 16.000 millones de 2013.
La deuda del país se situará en la cifra récord del 95,1 % del PIB, frente al 93,4 % de este año, y no comenzará a descender hasta 2015. La deuda era del 64 % del PIB en 2007, antes de la crisis.
El Ejecutivo insiste en que las cuentas para 2014 reflejan un control del gasto sin atacar las dos prioridades del Ejecutivo, el estímulo del crecimiento y la creación de empleo.
Frente a un año 2013 en el que la mayor parte del esfuerzo se hizo por subidas de impuestos, el Gobierno francés insiste en que el año próximo serán los recortes de gastos los que permitirán controlar las cuentas.
De los 15.000 millones de recortes previstos, el mayor de la historia de Francia, según el Gobierno, 9.000 millones corresponderán a la administración central y local, mientras que los gastos sociales se verán amputados de 6.000 millones.
El Ejecutivo prevé controlar los gastos corrientes de la administración, reducir algo más de 2.000 puestos de funcionarios (se crearán 11.000 puestos para la educación, la justicia y la policía, pero se suprimirán 13.000 en otros Ministerios) y anular algunos proyectos previstos y ciertas subvenciones.
En cuanto al gasto social, la seguridad social será la más afectada, con recortes de 2.400 millones.
En paralelo a los recortes, el Gobierno francés prevé una subida de impuestos, tras renunciar a la "pausa fiscal" que había anunciado para 2014 el presidente, François Hollande.
Los impuestos a las empresas sufrirán una reducción para mejorar su competitividad y permitirles crear empleo pero, a cambio, subirán las tasas a los particulares, sobre todo, el impuesto sobre el valor añadido, que pasará del 19,6 % al 20 % en su tipo general, mientras que el medio se situará en el 10 %, frente al 7 % actual.
Solo se reducirá el IVA destinado a los productos de primera necesidad, que pasará del 5,5 % al 5 %.
Con esa medida, el Gobierno prevé recaudar 1.000 millones de euros suplementarios, un tercio de lo que se logrará con las subidas de impuestos, mientras que el resto vendrá de una más eficaz lucha contra el fraude fiscal.
El Ejecutivo insiste en que la subida de impuestos es apenas un 0,15 % del PIB y que es muy inferior a los 30.000 millones de 2013.
Pero la oposición acusa al Gobierno de frenar el crecimiento económico y reducir el poder adquisitivo de los franceses.
El proyecto de ley de presupuestos debe pasar ahora dos trámites, uno interno, cuando será estudiado por los diputados, y otro exterior, ya que la Comisión Europea también tiene derecho de enmendarlo.
El ministro de Economía lo presentará en Bruselas en los próximos días.
En el parlamento, el Partido Socialista, que apoya al Ejecutivo, ya ha expresado su intención de enmendar el presupuesto para introducir medidas a favor del poder adquisitivo de los más desfavorecidos. EFE