París, 7 feb (.).- Francia tuvo el pasado año un déficit comercial de 99.600 millones de euros que supone un descenso de casi el 39 % respecto al récord de 162.700 millones de números rojos alcanzado en 2022 por efecto, sobre todo, de la disminución de la factura energética.
Un efecto que queda ilustrado en el descenso de las importaciones del 7,1 % a 731.000 millones de euros debido casi exclusivamente a la baja de los aprovisionamientos energéticos, destacó en un comunicado la Dirección General de Aduanas.
No obstante, las compras de energía en 2023 se mantuvieron por encima del nivel de 2019, debido principalmente al precio del gas importado, que ha bajado respecto a los picos de 2022, pero no ha vuelto a la situación anterior a la crisis de la covid.
En el saldo energético francés, también pesó la mejora en las transacciones de electricidad (11.300 millones de euros) por las ventas de corriente a los países vecinos gracias al arranque de muchos reactores atómicos que habían estado parados en 2022.
Las exportaciones francesas mejoraron un ligero 1,5 % el pasado año (un ritmo menor al de 2022 y 2021) y llegaron a 607.300 millones de euros, sobre todo por las ventas de materiales de transporte.
El saldo comercial de Francia fue particularmente negativo con China (40.800 millones de euros), y más en general con el conjunto de Asia (57.600 millones), pese a que en ambos casos hubo mejoras sustanciales (de 8.500 y 13.800 millones de euros, respectivamente).
Con el resto de sus socios de la Unión Europea, las importaciones francesas superaron a las exportaciones por 47.200 millones de euros, lo que en cualquier caso fue 14.600 millones menos que en 2023.
La cuenta fue particularmente negativa para Francia con Alemania (8.600 millones de euros) y con España (5.400 millones). Pero en ambos casos había sido todavía peor en 2022, ya que el agujero se redujo en 2.100 millones de euros con Alemania y en 2.900 millones con España.
La balanza de pagos francesa en 2023 presentó un déficit de 34.600 millones de euros, una reducción significativa si se compara con los 53.900 millones de 2022 que se debe a la disminución de los números rojos en los intercambios de bienes.
En los servicios, por el contrario, el superávit el pasado año cayó a 30.800 millones de euros, un 40,8 % menos que en 2022.