Lisboa, 6 ago (EFE).- Los 708 millones de impactos negativos registrados por el banco francés Crédit Agricole y los 117 millones del brasileño Bradesco, que tenían participaciones el 14,6 % y el 3,9 %, respectivamente, en el extinto BES, son los primeros grandes accionistas en asumir el duro golpe del colapso del banco.
La decisión de los supervisores de situar a todos los accionistas del escindido Banco Espírito Santo (BES), tanto los pequeños como grandes, en la división de activos tóxicos o irrecuperables y no en la parte saludable capitalizada con un crédito público ha comenzado a tener ondas de choque.
Algunos accionistas de referencia, aquellos que poseían más del 2 % en el que fue el tercer mayor banco de Portugal, ya han reconocido en sus cuentas el duro impacto de sus participaciones, remotamente recuperables.
El segundo mayor accionista e histórico socio, el francés Crédit Agricole, asumió en sus cuentas semestrales 708 millones de impactos negativos que llevó a la institución a reducir sus beneficios un 19,2 % respecto al primer semestre de 2013, hasta 1.085 millones.
El banco se siente "engañado por una familia con la que había intentado crear una verdadera asociación", declaró el director general de Crédit Agricole, Jean-Paul Chifflet, quien no descartó llevar a los tribunales a la antigua dirección del BES, con Ricardo Salgado a la cabeza, hoy bajo la fianza récord de 3 millones de euros bajo sospechas de varios delitos fiscales.
El banco brasileño Bradesco, otro socio con estrechas relaciones con Ricardo Salgado, reconoció que deberá ajustar el balance en 157 millones de dólares (unos 117 millones de euros).
La operadora Portugal Telecom, quizá el más estrecho aliado del BES, que llegó a tener en PT en torno al 10 %, todavía no ha contabilizado el impacto del 2,1 % que tiene en el banco luso.
Algunos cálculos apuntan que la operadora, hoy fusionada con la brasileña Oi, podrá sumar pérdidas por sus títulos de unos 90 millones de euros.
Gestoras de activos como BlackRock, Silchester y Baupost, todas ellas con más de un 2 %, aún no han comentado en público sobre el impacto de sus participaciones en el BES, cuyas acciones están en el ojo del regulador bursátil luso.
La Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM) lusa investiga un posible uso de información privilegiada en la sesión del viernes 1, cuando los títulos del BES cayeron el 50 %, a 0,105 céntimos por acción.
La Bolsa de Lisboa confirmó hoy oficialmente la retirada del BES del principal índice luso, el PSI-20, a partir del lunes 11 después de tener la cotización suspendida desde el día 1.