Santander (MC:SAN), 23 jun (.).- El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha dicho que hay que minimizar el "impacto social" en las fusiones y adquisiciones en la banca, procesos que ve inevitables por la reducida rentabilidad de la banca europea, que si no mejora, podría derivar en una crisis de solvencia.
De Guindos, que ha participado este miércoles en Santander en el curso de la UIMP "Perspectivas de la economía española y europea ante la nueva realidad", que organiza la APIE, ha explicado que los procesos de consolidación en el sector financiero derivan de esa rentabilidad reducida.
Para mejorar la rentabilidad, ha señalado que hay que actuar sobre las palancas de coste y el exceso de capacidad (oficinas y empleos) que existe.
Luis de Guindos ha señalado que esto se tiene que hacer "con prudencia", aunque reducir costes y excesos de capacidad implica "despidos" y "cierre de oficinas", afectadas por un entorno cada vez más digital.
En esos procesos, el vicepresidente del BCE defiende buscar el equilibrio y minimizar el impacto social, como ha dicho que intentan todos los gobiernos, pues tiene que ser "lo menos doloroso posible desde el punto de vista social".
Ha advertido de que si no se actúa para mejorar la rentabilidad, puede haber "problemas de solvencia que ahora mismo no hay".
En cuanto a las remuneraciones de los directivos de banca mientras se producen despidos, De Guindos ha dicho que él no entra en las circunstancias concretas de un país, pero la recomendación que hizo el BCE con motivo de la crisis del coronavirus fue de "moderación" en esas remuneraciones y se cumplió bastante bien.
Respecto a otra recomendación que hizo el BCE, la de no repartir dividendos por la crisis, De Guindos ha indicado que fue una medida temporal, "de emergencia", que acompañó a otras para facilitar liquidez a los bancos y que la banca centrara todos sus recursos en la concesión de créditos.
Ha añadido que, a medida que la situación económica se normalice, esa recomendación "extraordinaria y de emergencia irá perdiendo su sentido", por lo que si continúa el ritmo de actividad que proyecta el BCE en sus previsiones, "esa recomendación, antes o después, acabará desapareciendo".