París, 11 dic (EFE).- El presidente de Francia, François Hollande, y su homóloga brasileña, Dilma Rousseff, dijeron hoy que el crecimiento, el empleo juvenil, el medioambiente y la lucha contra la desigualdad son fundamentales para "una nueva era" de progreso global.
El trabajo de los progresistas del mundo pasa por construir "una alternativa política al liberalismo", ideología cuyas recetas están "directamente en el origen" de la crisis económica y financiera, señaló Hollande en el Foro del Progreso Social, organizado en París por la Fundación Jean Jaurès y el Instituto Lula.
"¿Qué ha faltado en los últimos años? ¿Una doctrina? Sin duda. Pero sobre todo, una unidad de acción", agregó el jefe del Estado francés, quien abogó por "una gobernanza mundial renovada" porque "no hay que ir hacia el ayer con la esperanza vana de recuperar la edad de oro", sino "crear una nueva era, abrir otro tiempo".
Hollande, muy crítico con "los excesos del capitalismo financiero, abogó por hacer "esfuerzos para recuperar la competitividad (...) a la escala del planeta", pero con un comercio abierto a cambio de "reciprocidad" y "transparencia" y "exigencias de normas sociales y medioambientales".
El presidente francés esbozó además la posibilidad de "crear un consejo de seguridad económica y social", como existe uno de seguridad en el seno de las Naciones Unidas, idea que apoyó Russeff durante su intervención.
Respecto a la situación económica de Europa, el presidente de Francia aseguró que es esencial sentar unas bases de solidaridad y "dirigir un mensaje de esperanza y de justicia a un mundo que duda y se interroga".
"El apoyo a los países más débiles está, al fin, a punto de alcanzarse", agregó Hollande, partidario de "reducir el déficit, hacer reformas, pero también de volver a dar potencia a Europa y capacidad para invertir, reduciendo a la vez las desigualdades entre países".
Acto seguido, en el inicio de su primera visita oficial a Francia y en el mismo auditorio, Rousseff señaló que la crisis en Europa afecta al resto del mundo, y se expresó ampliamente sobre las medidas que desea tome la zona euro para superar la crisis, que "ha alcanzado una fase crónica" y que "no parece estar cerca de su fin".
"Difícilmente se superaran las turbulencias de los mercados y se conquistará la estabilidad financiera sin que se produzca una verdadera unión bancaria" en el seno de la eurozona, con "un banco central que sea realmente prestatario de última instancia" y que permita recuperar el crecimiento de los países que comparten la moneda europea, algo "esencial para Brasil y para el mundo".
Hasta ahora sólo se ha visto el "crecimiento sistemático de la pobreza y del desempleo" y el deterioro de las clases medias, agregó la presidenta brasileña.
"La opción preferencial a favor de políticas ortodoxas en la mayoría de los países occidentales no ha solucionado la crisis, ni desde el punto de vista fiscal ni financiero (..). Más bien al contrario, ha aumentado el desempleo (...), el desaliento y la desesperanza", añadió Rousseff.
La presidenta brasileña abogó por un camino en el que se utilicen "estímulos para la inversión y para el consumo" porque "cuando se reducen drásticamente los gastos, afecta a la economía y compromete el futuro".
En el caso de Europa, dijo, esas recetas han hecho tambalearse a "los pilares del bienestar social, conquistado por millones de mujeres y hombres después de esas dos experiencias horribles que fueron las Guerras Mundiales". EFE