Por Julio Sánchez Onofre
Investing.com - Hace una semana, el gobierno de México anunció una “nueva nacionalización del sector eléctrico” a través de la compra de 13 plantas generadoras de energía eléctrica pertenecientes a la firma española Iberdrola (BME:IBE) por 6,000 millones de dólares (mdd).
Los inversionistas de Iberdrola dieron su visto bueno a esta transacción: desde que se dio el anuncio, las acciones de la emisora han ganado un 2.8% en el mercado europeo pues los planes de la compañía es utilizar esta liquidez para enfocar su crecimiento en los mercados de Estados Unidos y Europa, centrándose en el desarrollo de energías renovables.
Sin embargo, se han generado diversos cuestionamientos al gobierno de México. Por un lado, algunos especialistas califican la desinversión de Iberdrola como una señal de que la política energética del país genera incertidumbre; por otro lado, también se ha cuestionado la rentabilidad de la transacción para las finanzas públicas.
“La transacción parece responder a una oportuna desinversión en México por parte de Iberdrola, aprovechando los objetivos energéticos de la administración y motivada por la falta de claridad en la regulación; planteando un giro de 180 grados en su estrategia. Iberdrola operaba en México desde los años 90, que hasta hace pocos años (2018) incluía incrementar la capacidad instalada en México con nuevas inversiones que fueron desechadas”, escribieron Alejandra Marcos, Luis Valdez y José María de la Rivas, analistas de Intercam Banco.
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En medio de los cuestionamientos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, defendió la transacción esta mañana al asegurar que los ejecutivos de Iberdrola entendieron la política energética de México y consideró que fue “una muy buena decisión y conveniente para las dos partes”.
En su conferencia de prensa matutina de este martes, desde Palacio Nacional en la ciudad de México, el mandatario detalló que la transacción de compra de 12 plantas de ciclo combinado y una eólica por 6,000 mdd, se cerrará en unos 45 días.
“Ahí se tiene que hacer un descuento de 700 mdd que es el pago por la operación, y eso va a la Hacienda Pública porque esto es negocio público”, dijo el mandatario.
Así, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una empresa pública mexicana, asumirá la operación de las plantas generadoras y subirá a 55% la capacidad de generación desde un 39% que tenía antes de la compra.
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Sobre la viabilidad de la transacción para las finanzas públicas, López Obrador dijo que se espera una recuperación de la inversión en una década, misma que garantizará el suministro de energía eléctrica en el país.
“Esta inversión es rentable, se va a recuperar en un máximo de 10 años la inversión y se garantiza de que no falte la energía eléctrica”, dijo.
Asimismo defendió la calidad de los activos comprados a Iberdrola, pues el mandatario aseguró que las 13 plantas generadoras tienen un promedio de vida útil 10 veces superior al promedio de las plantas de la CFE.
“En términos de mercado, se logró una disminución en el precio si nosotros construyéramos las plantas, aún con la antigüedad, de un 30%. Entonces los 6,000 mdd es lo que vale las plantas a un buen precio, que es lo que se hizo”, enfatizó el mandatario.