Por Steve Gorman
LOS ÁNGELES (Reuters) - El presentador de los Oscar Jimmy Kimmel encabezó un homenaje repleto de estrellas a los mejores de Hollywood rindiendo tributo a la campaña contra el acoso sexual y a los avances en diversidad racial y étnica que comienzan a transformar el negocio del cine.
La emisión en directo, que duró casi cuatro horas, continuó con el impulso de conciencia social que ha marcado la noche de los Oscar durante los últimos años, transformando la 90 edición de los premios en una conversación sobre política sexual e inclusión.
En su monólogo de apertura, Kimmel lanzó una crítica a los hombres poderosos que acosan a mujeres con un chiste visual centrado en una estatua enorme de un Oscar, señalando la ausencia de genitales en la escultura masculina.
"Literalmente es una estatua limitada. Y necesitamos más hombres de ese tipo en esta ciudad", dijo, provocando una ruidosa carcajada del público en el Dolby Theatre.
La broma ayudó a reducir la tensión tras un torrente de acusaciones por abuso sexual que han sacudido a la industria del cine desde que legiones de víctimas, en su mayoría mujeres, rompieran su silencio en los últimos meses para revelar abusos de poder y discriminaciones por género.
Kimmel también mencionó a Harvey Weinstein, el que fuera titán de Hollywood, cuya caída en desgracia ayudó a dar impulso al movimiento en las redes sociales #MeToo, que proporcionó apoyo a las denuncias contra hombres privilegiados en los medios de comunicación, la política y otros ámbitos de la vida estadounidense, y a la campaña Time's Up por una mayor igualdad.
Weinstein, que ha negado haber mantenido relaciones sexuales sin consentimiento con nadie, fue expulsado el año pasado de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas después de que docenas de mujeres lo acusaran de varios tipos de mala conducta sexual, incluida la violación.
"Había muchos grandes candidatos, pero Harvey se lo merecía más", dijo Kimmel sobre la expulsión.
Kimmel también abordó la diferencia en los salarios recibidos por el actor Mark Wahlberg y la actriz Michelle Williams en el drama sobre un secuestro "Todo el dinero del mundo", pero provocó risas al hacer de los agentes de Hollywood el blanco de su chiste. Ambos actores estaban representados por el mismo agente, según destacó Kimmel, agregando: "Si no podemos confiar en los agentes, ¿en quién podemos confiar?".
La pieza central de reconocimiento del activismo en los Oscar llegó a mitad del espectáculo, cuando tres de las actrices que acusaron a Weinstein -Annabella Sciorra, Ashley Judd y Salma Hayek- presentaron un montaje de clips de películas y entrevistas con famosos rindiendo homenaje a la diversidad de todo tipo.
La noche terminó con una dosis emocional de alto voltaje cuando Frances McDormand, la ganadora del Oscar a la mejor actriz por "Tres anuncios en las afueras" culminó su discurso de aceptación pidiendo a todas las mujeres en la sala que habían sido nominadas al Oscar que se pusieran en pie, recibiendo aplausos.