Montevideo, 12 jul (EFE).- El presidente uruguayo, José Mujica, inauguró hoy la XLV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Mercosur con un recuerdo al fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, un reconocimiento de los retos y desafíos del bloque y la promesa de seguir trabajando para mejorar y ampliar la organización.
Con varias horas de retraso sobre el horario previsto, los presidentes Argentina, Cristina Fernández; Brasil, Dilma Rousseff; Venezuela, Nicolás Maduro; además del boliviano, Evo Morales, inició la cita en la que el Gobierno venezolano recibirá la presidencia temporal del bloque.
Paraguay, el quinto integrante del Mercado Común del Sur, está actualmente suspendido y sus autoridades no participan en la reunión.
El mandatario uruguayo señaló en su discurso inaugural que pese a que con los años de historia del bloque comercial "algunos nos resumirán que deberíamos tener mayores logros", recordó que no se pueden dejar de lado "los tangibles logros" obtenidos por el Mercosur en estos 22 años.
Mujica defendió la existencia del Mercosur pese a sus "defectos", porque es consciente de la debilidad de los países de la región de forma individual y que la única fortaleza que les queda es "conformar un gigantesco mercado y un espacio común".
"Y no solo para defender la economía sino para darnos personalidad disuasiva en el mundo, en donde cada día que pasa constatamos que no hay lugar para los débiles", dijo.
En ese sentido, Mujica se mostró complacido por los esfuerzos de Bolivia para ingresar al bloque y del acercamiento de otros países latinoamericanos.
"Este proyecto no está terminado, ni por lejos, este proyecto encierra la ambición de incluir a toda América. Es un proyecto de gentes que hablan en castellano y en portugués y que piensan en naciones indígenas que están acampadas en nuestro continente", añadió el mandatario uruguayo, cuyo país cederá a Venezuela la presidencia semestral del bloque.
Mujica insistió en que el "reconocimiento objetivo" de que el mundo está "detenido en sus posibilidades de crecimiento económico" afectará a la región, y que por lo tanto, todos "están obligados a reforzar la unidad entre nosotros".
"No nos inscribimos en el capitulo de los detractores que sueñan con la destrucción del Mercosur, sino que afirmamos que sus defectos son los nuestros. Pero no estamos dispuestos a transigir ni abdicar, vamos a seguir trabajando para multiplicarlo. Ese es nuestro deber, hacer lo contrario es retroceder", apuntó.
Antes de ceder la palabra a los demás mandatarios que integran el Mercosur, Mujica recordó la figura de Chávez y su "magia", que, según dijo, sirvió para mantener e impulsar la unidad en la región.
Previo a la cumbre, los presidentes llegaron a la sede del Mercosur, ubicada en la rambla de Montevideo y frente a las costas del Río de la Plata, y participaron en un desayuno de trabajo que se prolongó por más de tres horas.
El jueves, los cancilleres del bloque concretaron una agenda que debatirán los presidentes y en la que se destacan las denuncias sobre el espionaje por parte de EE.UU. a varios países de Latinoamérica y el incidente que se registró la semana pasada con el avión presidencial de Morales en Europa.
Se espera que en la declaración final de la cumbre se recoja una respuesta del bloque a estas situaciones. EFE
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