Jerusalén, 7 may (EFE).- El Ministerio israelí de Finanzas ultima un paquete "draconiano" de recortes e impuestos para afrontar la falta de liquidez en las arcas públicas que incluye, entre otras, una casi generalizada subida de las tasas y de reducción en su presupuesto.
Una parte se aplicará en 2013 y la otra a partir de 2014, asegura hoy el diario Yediot Aharonot al informar sobre la larga lista de medidas, que deben ser aprobadas este mismo mes por el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu.
El plan, elaborado por el nuevo ministro de Finanzas, Yair Lapid, subirá el impuesto de la renta en un punto y medio porcentual en todos los escalones fiscales, y elevará de 25 al 26 por ciento el gravamen sobre sociedades, que en 2014 debía reducirse al 23 por ciento.
También incrementará el IVA al 18 por ciento, incluido el sector del turismo (hasta ahora exento), y suspenderá la desgravación fiscal en las pensiones para sueldos por encima de los 15.000 shékels (3.208 euros o 4.208 dólares).
El Gobierno israelí debía recortar sus gastos este año en más de 30.000 millones de shékels (unos 6.414 millones de euros o 8.416 millones de dólares) para tapar el déficit ocasionado por la ralentización del crecimiento del PIB desde hace más de un año.
La semana pasada, con el consentimiento a regañadientes del gobernador del Banco de Israel, Stanley Fischer, Lapid convenció a Netanyahu de que ampliara el déficit hasta un 4,6 por ciento, lo que permitiría al Gobierno aplazar hasta 2014 parte de las medidas.
Una decisión que inmediatamente llevó a la agencia Standard & Poor's a bajar la calificación de crédito de Israel a A+ en moneda local.
La Ley de Presupuestos del Estado para el bienio 2013-2014, contempla un presupuesto anual de unos 408.000 millones de shékels (87.258 millones de euros o 114.000 millones de dólares).
El Gobierno israelí pedirá al Parlamento un recorte de un tercio en las asistencias por hijo, la anulación parcial de la ayuda estatal a las guarderías, una mayor contribución de los padres en los gastos escolares y la imposición de una contribución de 80 shékels mensuales (17,11 euros o 22,5 dólares) a la seguridad social por parte de las amas de casa.
También, la subida -por segunda vez en dos años- del precio del tabaco y las bebidas alcohólicas, la imposición de mayores tasas a los productos de lujo, y un recorte en las ayudas a los servicios públicos preventivos de salud dental, hasta ahora gratuito para los menores de edad.
El diario Haaretz explica que en la segunda mitad de 2013 el tijeretazo presupuestario ascenderá a 7.000 millones de shékels (1.497 millones de euros o 1.963 millones de dólares), a los que se sumarán en 2014 otros 18.000 millones (3.849 millones de euros o 5.049 millones de dólares).
El resto del dinero necesario para financiar la administración pública dentro de los límites previstos de déficit, unos 14.000 millones de shékels (2.994 millones de euros o 3.927 millones de dólares), provendrá en 2014 de los nuevos impuestos.
Uno de los asuntos aún por resolver, y que tiene un impacto considerable en el presupuesto israelí, es el gasto de defensa (alrededor del 20 por ciento), que el Gobierno quiere recortar en 4.500 millones de shékels (962 millones de euros o 1.262 millones de dólares). EFE