Roma, 28 oct (.).- El Gobierno italiano destinará 12.000 millones en 2022 para reducir la presión fiscal y otros 2.000 millones para contener el aumento de los precios de la factura de la luz y del gas como consecuencia de las alzas en los mercados internacionales, tal y como prevé su plan presupuestario.
El Consejo de Ministros se reunió hoy y aprobó este plan, que tendrá que ser debatido y perfeccionado en los próximos días en el Parlamento y que fue presentado por el primer ministro, Mario Draghi, junto con el ministro de Economía, Daniele Franco, y el de Trabajo, Andrea Orlando.
La forma en la que la que Italia rebajará la cuña fiscal no ha sido detallada y será debatida en los próximos días con los interlocutores sociales.
"Son unos presupuestos expansivos, acompañan la recuperación y están en plena consonancia con los otros documentos que guían la actuación económica de este gobierno, el Documento de Economía y Finanzas y el Plan de Recuperación", que se financiará con fondos europeos y nacionales, dijo Draghi en rueda de prensa.
Unas cuentas que "actúan sobre la demanda, pero sobre todo sobre la oferta", bajan "impuestos, estimulan inversiones y mejoran el gasto social, con particular atención en mujeres y jóvenes".
Entre 2022 y 2024, Italia destinará "en términos acumulados casi 40.000 millones a la reducción de los impuestos", de los que "24.000 millones servirán para intervenir sobre la presión fiscal" y el resto serán incentivos "a familias y empresas para invertir en patrimonio inmobiliario, tecnología y digitalización".
El Ejecutivo del expresidente del Banco Central Europeo (BCE) quiere estimular las inversiones y destinará 89.000 millones para 2022-2036.
Considerando los recursos incluidos en estos presupuestos, los ya empleados y los fondos del Plan de Recuperación, Italia tendrá inversiones por valor de 540.000 millones en los próximos 15 años, que mejorarán infraestructuras, aminorarán las diferencias entre el norte y el sur, y favorecerá las transiciones digital y ecológica.
Se amplían hasta junio de 2022 los estímulos a las fusiones destinados a todas las empresas pero sobre todo a la banca, para que se consolide, y que era uno de los beneficios que ofrecía el Tesoro a UniCredit (MI:CRDI) en las negociaciones fallidas para la compra de Monte dei Paschi di Siena (MI:BMPS) (MPS), recapitalizado cautelarmente en 2017.
Uno de los puntos de mayor discordia es la reforma del sistema de pensiones, pues la intención de Draghi es que el país destierre la vía de jubilación anticipada para pasar a un sistema "que asegure la sostenibilidad en el tiempo" y que alargue la edad legal de jubilación a los 67 años.
Actualmente se aplica el sistema "cuota cien", que permite el acceso a la pensión a quienes sumen cien entre edad y años cotizados, partiendo de los 62 años cumplidos y 38 de contribución, una medida impulsada por el Gobierno del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y de la Liga en 2018.
Para avanzar hacia el modelo que quiere Draghi, habrá una transición y en 2022 se podrán jubilar los que tengan con 38 de contribución y 64 años cumplidos, en lo llamado "Cuota 102".
Este escenario no convence a los sindicatos, que han pedido una reforma estructural y han amenazado con movilizaciones, y Draghi hoy se mostró abierto a dialogar con los agentes sociales sobre flexibilidad en las jubilaciones anticipadas o situación de los pensionistas que trabajan en negro.
El ministro de Economía subrayó que son unos presupuestos "para ayudar a la sociedad y la economía a salir de la crisis de la pandemia" y que ya "en el segundo trimestre del próximo año" el producto interior bruto (PIB) italiano se espera que "vuelva a niveles pre-crisis, con la recuperación de los niveles de ocupación".
Otras partidas incluidas en los presupuestos son: 4.000 millones para gasto sanitario, la mitad para compra de vacunas y medicamentos contra el coronavirus y la otra mitad para mejorar el sistema sanitario; 3.000 millones irán a un fondo de garantía de pymes; otros 3.000 millones a una reforma de los mecanismos de protección social que garantice la misma cobertura por desempleo para todos los sectores.
Otros 1.500 millones se destinarán a ampliar los expedientes de regulación de empleo y mejorar las pensiones, 2.000 millones serán de inversión pública, 1.500 millones de apoyo al tejido productivo, y 70 millones servirán para mejorar los centros de empleo.
El ministro de Trabajo destacó que son "unos presupuestos sociales" que también incorporarán ayudas al alquiler y a la compra de primera vivienda para los jóvenes con salarios más bajos.
El Ejecutivo italiano prevé que el PIB del país crezca un 4,7 % en 2022, el déficit sea del 5,6 % y la deuda, del 149,4 %.