Lisboa, 28 dic (EFE).- La presión que han ejercido los mercados sobre Portugal durante todo el 2011 ha elevado el interés al que cotiza su deuda soberana hasta más allá del 13 por ciento, exactamente el doble que hace justo un año.
La crisis financiera internacional afectó de forma significativa a Europa y especialmente a los países periféricos, como Portugal, lo que encareció progresivamente su acceso a liquidez y dejó la prima de riesgo -la diferencia entre los intereses del bono alemán y el luso a diez años- por encima de los 1.100 puntos básicos.
Precisamente por las cada vez mayores dificultades para lograr financiación a través de emisiones de deuda, el país se vio abocado a pedir ayuda a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional en abril, que acordaron prestarle 78.000 millones de euros hasta 2014 a un interés más bajo del que obtendría en el mercado.
Pese a la concesión del rescate y al severo programa de ajustes puesto en marcha por las autoridades lusas como contrapartida por el programa de asistencia financiera, la desconfianza de los inversores siguió penalizando al país.
En el mercado secundario -donde se compran y venden los títulos adquiridos en subastas públicas-, la deuda lusa a diez años cotizaba hoy al 13,44 por ciento de interés, una tasa que duplica la de hace justo un año, cuando rondaba el 6,65 por ciento.
De esta forma, Portugal cerrará el 2011 ligeramente por debajo de su máximo histórico, alcanzado a principios de diciembre, cuando sobrepasó por primera vez desde la entrada en vigor del euro la barrera del 14 por ciento.
A dos y cinco años, las obligaciones lusas se compraban hoy al 15,44 y al 15,88 por ciento de interés, muy por debajo de sus valores récord, del 20 y el 18 por ciento, respectivamente, alcanzados a lo largo del último ejercicio.
Desde la concesión del rescate, Portugal no ha vuelto a emitir deuda a largo plazo pero sí ha continuado con su calendario de subastas a corto plazo en el mercado primario, y en las que los inversores exigieron para comprar sus bonos a tres y seis meses una rentabilidad muy alta, de entre el 4 y el 5 por ciento.
Estas tasas suponen entre diez y doce veces más que los intereses exigidos por esos mismos títulos a finales de 2009. EFE