Sara Muñoz y Ana López
Madrid, 15 ago (.).- Jaime Botín, uno de los hombres más ricos del país, ha fallecido a los 88 años después de una vida dedicada a la banca, una vocación prácticamente genética que le unía a varias generaciones de su familia, y al arte, pues también era un gran coleccionista.
Nacido en el seno de una reconocida familia de la sociedad cántabra de comienzos del siglo XX, Jaime Botín - Santander, 1936- forjó su identidad inspirándose en su linaje, sobre todo paterno.
Su abuelo, Emilio Botín y López, fue el primer presidente del Banco de Santander, mientras que su abuela, María Sanz de Sautuola y Escalante, descubrió las pinturas rupestres de las Cuevas de Altamira, en Santillana del Mar. Banca y arte. Arte y banca.
Ambos mundos marcarían más adelante la trayectoria profesional y vital de Jaime, hermano menor de Emilio Botín, el que fuera presidente del Banco Santander (BME:SAN) hasta que falleció en 2014, y también tío de Ana Botín, que sucedió en el cargo a su padre.
Licenciado en Derecho y Ciencias Económicas por la Universidad de Deusto, en 1957 se incorporó al entonces denominado Banco de Santander, coincidiendo con una década que marcó la expansión de la entidad por toda España. Tres años más tarde sería nombrado subdirector general.
Pero su oportunidad llegó en 1965, cuando fue designado director del Banco Intercontinental Español presidido y fundado ese mismo año por su padre.
Pasarían casi veinte años hasta que su progenitor iniciara un cambio de ciclo y dejara en sus manos esta entidad, fruto del acuerdo entre Bank of America (NYSE:BAC) y Banco de Santander, considerado como un hito por ser capaz de atraer a España una corporación extranjera en pleno franquismo y de la que surgió Bankinter (BME:BKT).
El relevo generacional de los Botín se consolidó en noviembre de ese mismo 1986, cuando su hermano Emilio fue nombrado presidente del Santander, convirtiéndose en uno de los pocos gestores financieros que además de asumir dicho cargo era su principal ejecutivo y máximo accionista.
Ambos escribieron un nuevo capítulo en la historia del negocio familiar tras la muerte de su padre, en 1993. Los noventa reforzaron el ansia por crecer de Emilio Botín, lo que culminó, primero, con la compra en subasta de Banesto (1994) y después, la fusión con el Banco Central Hispano Americano (1999).
Jaime Botín llegó a ser vicepresidente primero del nuevo Santander Central Hispano en febrero de 2002, sólo un mes antes de dimitir como presidente ejecutivo de Bankinter.
Durante esos años protagonizó, a través de su sociedad inversora familiar, Cartival, un mediático pulso con el inversor de origen indio Ramchand Bhavnani por hacerse con el control de Bankinter, plagado de continuas compras cruzadas de acciones, una "batalla" que ganó y que se repitió años más tarde con el banco francés Crédit Agricole (EPA:CAGR) como adversario, que finalmente salió de la entidad.
Patrimonio millonario
Alejado de la primera línea desde hacía tiempo, su unión con Bankinter perdura a día de hoy a través de su sociedad de cartera, Cartival, primer accionista del banco con más de un 23 % del capital.
Pero Cartival, ante todo, articula el patrimonio conocido de Jaime Botín y de sus cinco hijos con Belén Naveda -Marcelino, Alfonso, Gonzalo, Marta y Lucrecia- que les coloca como los principales inversores de Línea Directa Aseguradora.
En 2019, la revista Forbes lo situó como la decimonovena persona más rica de España, con un capital de 1.500 millones de euros que incluía tanto propiedades inmobiliarias como su importante colección de arte.
No obstante, el cántabro, alma de Cartival -antes Durandel, como fue bautizada en su creación en 1989- también ha protagonizado portadas, como cuando fue sancionado con 300.000 euros por una infracción muy grave al no haber informado oportunamente de su posición significativa en Bankinter.
El caso se remonta a 2013, cuando el supervisor bursátil, la CNMV, abrió una investigación después de que las autoridades tuvieran conocimiento de cuentas secretas en Suiza tras la publicación de la 'Lista Falciani'.
Otro frente fue la querella de la Fiscalía de Madrid por haber defraudado presuntamente un millón de euros mediante la deslocalización "artificiosa" de un avión privado en Portugal, donde no existen impuestos para estas actividades.
Su mayor quebradero de 'cabeza'
Pero el mayor escándalo de Jaime Botín, de carácter extremadamente reservado y poco aficionado a aparecer en los medios de comunicación, no ha estado vinculado a su gestión como banquero o empresario, sino a su mayor pasión, el arte.
Concretamente, el contrabando del lienzo 'Cabeza de mujer joven', obra original de Pablo Picasso, que el expresidente de Bankinter adquirió en 1977 y que en 2013 se afanó en vender en una subasta con la empresa Christie's a pesar de no haber recibido el visto bueno de las autoridades por tratarse de una obra sin par en España.
Aún siendo "plenamente consciente" de la prohibición administrativa, trasladó el cuadro al puerto de Valencia para sacarlo fuera del país, sostenía la sentencia, que lo condenó a tres años de cárcel y 91,7 millones de euros de multa, una cuantía que abonó.
Sin embargo, a finales de 2021, un juzgado le exoneró de la pena de prisión debido a su "grave e incurable" enfermedad, la misma que lo ha apartado del foco hasta hoy.
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