París, 17 abr (EFE).- El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, afirmó hoy que la acción del Banco Central Europeo (BCE) el pasado fin de semana para hacer bajar el euro es una "contrapartida" al plan de ajuste francés para reducir el gasto público en 50.000 millones de euros en tres años.
"La primera de las contrapartidas es lo que Mario Draghi (presidente del BCE) anunció el pasado fin de semana, hacer bajar el euro", explicó Sapin, en una entrevista a la emisora de radio "RTL" al ser preguntado si había obtenido algo a cambio del programa de ajuste que ayer concretó el primer ministro, Manuel Valls.
Aludía a las declaraciones de Draghi durante la reunión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, según las cuales el BCE no descarta nuevas medidas "no convencionales", como los programas de compra de bonos e inyecciones de liquidez para invertir la evaluación del euro frente a otras divisas en los últimos meses.
El ministro francés justificó ese mensaje del BCE porque "un euro demasiado elevado es malo para el crecimiento, es malo para las empresas, es malo para nuestros empleos".
Reiteró que Draghi "ha tenido en cuenta" la demanda francesa de actuar sobre el nivel de la moneda única europea y "lo está haciendo" con el objetivo de conseguir "un equilibrio de las políticas en Europa".
Sapin anunció también que durante el encuentro de Washington había obtenido de sus socios europeos un cambio en el "ritmo" de reducción del déficit público al que se ha comprometido Francia.
"El ritmo se ha modificado" de manera que ahora "tenemos un ritmo que es menos rápido de lo previsto y, evidentemente respetamos nuestros compromisos", comentó, sin dar precisiones.
Según el esquema programado hasta que estas últimas semanas se reavivó el debate sobre un posible retraso en el ritmo de reducción del déficit público, Francia debía ponerlo por debajo del 3 % del producto interior bruto (PIB) para 2015.
El titular de Finanzas defendió los anuncios de Valls sobre cómo disminuirá el gasto público francés, y que incluyen en particular la congelación de los salarios de los funcionarios durante el actual mandato presidencial (hasta 2017) y la de las pensiones y otras prestaciones sociales hasta octubre de 2015.
"Las prestaciones no van a bajar. Hay muchos países en Europa que las han bajado. Nosotros no vamos a hacer eso", subrayó.
Igualmente quiso hacer hincapié en que con el plan de ahorro de 50.000 millones de euros en el periodo 2015-2017 "no estamos en una política de austeridad, sino en una política seria".
Sapin señaló que la reactivación económica no se puede conseguir "distribuyendo poder adquisitivo" a costa de un mayor déficit: "el crecimiento lo vamos a buscar en las empresas, en la competitividad".