Por Antony Currie
NUEVA YORK (Reuters Breakingviews) - Volvo (ST:VOLVb) acaba de poner en aprietos a Tesla (NASDAQ:TSLA). El fabricante de automóviles con sede en Suecia dijo el miércoles que dejará de producir nuevos motores a gasolina a partir de 2019 y cambiará a una variedad de modelos híbridos y totalmente eléctricos.
Puede parecer poco significativo - la compañía, después de todo, representó sólo el 0,6 por ciento de las ventas mundiales de vehículos el año pasado. Pero su plan resume los desafíos a los que se enfrenta la firma de Elon Musk.
Por descontado, Volvo está recalentando el motor al proclamar que va a una estrategia 100 por cien "eléctrico". No tiene planes para eliminar los vehículos de gasolina existentes y mantendrá el motor de combustión en dos de las tres opciones que introducirá a partir de dos años: un híbrido enchufable, que puede utilizar gasolina o energía eléctrica, y lo que llama el híbrido suave, como el Toyota (T:7203) Prius, que convierte la potencia de frenado en electricidad.
La industria vende más coches con motores híbridos que eléctricos puros. Especialmente en el mercado chino, que crece a gran ritmo y en el que se venden alrededor de la mitad de los coches eléctricos e híbridos del mundo. Allí se encuentra el propietario de Volvo, Geely.
Tesla representa sólo el 3 por ciento de las ventas de vehículos eléctricos y híbridos en este mercado, señala Barclays (LON:BARC). El mercado está dominado por grupos locales que venden coches más baratos y está aumentando la presencia de Daimler (DE:DAIGn) y General Motors (NYSE:GM). Es probable que puedan reducir aún más el coste de las baterías, robando a Tesla una de sus principales ventajas.
Es emblemática la creciente competencia a la que Tesla se enfrenta en todo el mundo. Prácticamente todos los fabricantes de automóviles tienen ofertas eléctricas o híbridas propias, ya sean vehículos más pequeños como el Nissan (T:7201) Leaf o la gama de BMW (DE:BMWG).
Eso no significa que la compañía de Musk esté entrando a un callejón sin salida. Pero una vez más pone en tela de juicio su ambicioso objetivo de vender 500.000 vehículos a finales del próximo año - cinco veces la tasa de este año - y 1 millón en 2020.
Por otra parte, Tesla sigue sufriendo de problemas con su crecimiento. El último achaque fue la falta de baterías, que mantuvo la producción un 40 por ciento por debajo de la demanda durante gran parte del segundo trimestre, dijo la compañía justo antes del festivo del 4 de julio.
Eso y las noticias de Volvo restaron más del 7 por ciento a las acciones de Tesla el miércoles. Aún así, el fabricante de coches de Musk se negocia a 25 veces las ganancias estimadas en 2020, en comparación con el múltiplo de Toyota de poco más de 10 veces las ganancias de 2017. Se vislumbran más problemas en el horizonte.