Madrid, 23 ene (.).- La banca española dejó de endurecer los criterios que aplica a la concesión de créditos o lo hizo de forma más moderada durante el cuarto trimestre de 2023 y solo mantuvo su nivel de exigencia en los préstamos concedidos a familias para consumo y otros fines.
Según la Encuesta de Préstamos Bancarios publicada este martes por el Banco de España, las restricciones en la oferta crediticia responderían al aumento de los riesgos percibidos por las entidades financieras y, en menor medida, a otros aspectos relacionados con el capital bancario y su coste.
Tanto la oferta como la demanda de crédito volvieron a caer de manera generalizada entre octubre y diciembre del año pasado, si bien lo hicieron con una intensidad menor que en el trimestre anterior.
Sin embargo, este pequeño respiro no durará mucho, ya que la entidad considera que la oferta se contraerá de nuevo en el primer trimestre de 2024, concentrada en el crédito a hogares para consumo y otros fines, y que la demanda de préstamos seguirá cayendo levemente en todos los segmentos.
Volviendo al cuarto trimestre de 2023, la disminución de las peticiones de fondos se explicaría, principalmente, por el elevado nivel de los tipos de interés. En el segmento de financiación a las empresas, este efecto se habría visto parcialmente contrarrestado por unas mayores necesidades para financiar existencias y circulante.
En el caso de las solicitudes de préstamos de los hogares, el descenso también se explicaría por la menor confianza de los consumidores, el mayor uso de los ahorros y las peores perspectivas sobre el mercado de la vivienda.
En cuanto al porcentaje de solicitudes de crédito rechazadas, este aumentó en el segmento de financiación a hogares para consumo y otros fines, mientras que se mantuvo estable tanto en los préstamos otorgados a empresas como en los concedidos a hogares para adquisición de vivienda.