Lisboa, 4 nov (.).- La estatal Caixa Geral de Depósitos (CGD), el mayor banco de Portugal, obtuvo un beneficio de 429,1 millones de euros hasta septiembre, un 9,4 % más que un año antes, y pagará al Estado portugués un dividendo extra de 300 millones.
En un comunicado difundido este viernes, la CGD explicó que las perspectivas de que el impacto de la pandemia en la economía sea menor que en el pasado, con menos efectos a nivel de calidad de activos, permiten el pago de este dividendo extra en 2021.
El banco detalló que los resultados incluyen una ganancia extraordinaria de 32,7 millones (después de impuestos), debido a una revisión de las responsabilidades que tiene sobre "beneficios post-empleo y provisiones con el programa de prejubilaciones".
Entre enero y septiembre, el margen financiero -diferencia entre los intereses pagados por los depósitos y los cobrados por los créditos- fue de 724,5 millones, un 6,5 % menos que en el mismo periodo de 2020, afectada por la caída de las tasas de interés en el mercado y la bajada generalizada de los "spreads" en las nuevas operaciones.
Esta caída fue parcialmente compensada con el incremento de las comisiones, que aumentaron un 10,9 %.
El producto bancario global -equivalente a los ingresos- aumentó un 5,9 %, a 1.285,3 millones.
Los costes de estructura cayeron un 17,6 %, a 511 millones, respecto al mismo período del año pasado, aunque incluyen un impacto extraordinario de 94,6 millones del ajuste de provisiones por el programa de prejubilaciones.
Las provisiones de crédito se situaron en 180,4 millones, tras un refuerzo de 90 millones de "cariz preventivo" por el posible impacto del fin de las moratorias que se aplicaron por la pandemia.
El crédito moroso mejoró hasta el 2,8 % del total (4,2 % en septiembre de 2020), mientras que la ratio de solvencia "CET 1 fully implemented" se situó en el 18,2 %, 0,8 puntos porcentuales por encima del dato de hace un año.
El banco fue sometido en 2017 a un proceso de recapitalización acordado entre el Gobierno portugués y la Comisión Europea (CE), que reforzó el capital en cerca de 5.000 millones de euros, a cambio de una reestructuración y de la venta de algunas filiales extranjeras, entre ellas la española.