Madrid, 1 mar (.).- Las acciones de la multinacional de hemoderivados Grifols (BME:GRLS) han reducido su valor en bolsa en 3.176 millones de euros desde la publicación hace casi dos meses del primer informe de la firma de inversión Gotham, que cuestionaba sus cuentas y decía que la compañía no valía nada, difundido el pasado 9 de enero.
Sus títulos han rebotado este viernes en la bolsa después de que la compañía aclarara algunas cuestiones sobre Scranton, el vehículo inversor en el que participa la familia Grifols, y las previsiones de flujo de caja libre para 2024.
Las acciones de la compañía repuntaron hoy un 18,35 %, hasta los 8,9 euros, después del desplome del jueves de casi un 35 % en bolsa.
La firma ha emitido hoy hasta tres hechos relevantes para detallar diferentes aspectos a los que atribuye en parte el desplome de la acción de este jueves, tras presentar los resultados de 2023, en los que registraba un récord de ingresos y una caída del beneficio del 71 %, en unas cuentas aún no auditadas.
Según datos del mercado, la caída de su capitalización bursátil se produce por la depreciación de sus acciones de clase A del 36,97 % desde esa fecha, mientras que los títulos de clase B de Grifols han perdido el 35,31 %.
De esta manera, las acciones A de Grifols pierden en conjunto un valor de 2.243 millones de euros y las B 933 millones.
La acción de clase A de Grifols ha pasado de cotizar a 14,24 euros el día anterior a la publicación del documento de Gotham a 8,976 euros en esta jornada. Los títulos de clase B se cambiaban a 10,11 euros el pasado 8 de enero y hoy han cerrado a 6,54 euros.
Grifols A ha ganado el 18,35 % en esta jornada (ayer cayó el 35 % después de presentar sus cuentas sin el informe de auditoría) y las acciones Grifols B han ganado el 27,36 % tras perder casi el 39 % en la víspera.
En enero pasado las acciones de esta compañía llegaron a bajar hasta un 42 % después de que el fondo bajista Gotham Research la acusara de manipular la deuda reportada y el Ebitda (el beneficio operativo), pese a que la compañía española había negado cualquier adulteración de los números.