Berlín, 26 sep (EFE).- La Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel salió hoy en bloque a negar las informaciones de que estaría dispuesta a elevar los impuestos a los más ricos a cambio de atraer como socios de coalición a los socialdemócratas o a los verdes.
La posibilidad de que la CDU contemple una cesión de este tipo ha generado una intensa polémica en Alemania cuatro días después de las elecciones parlamentarias en las que la Unión obtuvo una cómoda mayoría, pero insuficiente para gobernar en solitario.
El secretario general de la CDU, Hermann Gröhe, desmintió categóricamente las noticias al respecto: "La información es falsa. Nuestro programa tiene absoluta validez: rechazamos una subida de impuestos".
Según manifestó, el apoyo conseguido en las elecciones otorga a los conservadores un mandato claro para mantener sus posiciones.
El líder del grupo parlamentario cristianodemócrata, Volker Kauder, salió también a la palestra para dejar claro que, si comienzan las conversaciones con el principal partido de la oposición, la base de esas negociaciones será el programa con el que la CDU ganó los comicios.
"En él se descarta la subida de impuestos con buenas razones", subrayó.
Merkel, por su parte, no tuvo hoy ninguna comparecencia pública, pero rechazó las subidas de impuestos en prácticamente todos los mítines que protagonizó durante la campaña electoral.
Incrementar los impuestos, no se cansó de repetir durante semanas a sus posibles votantes, se traduciría a la postre en menos ingresos para el Estado y pondría en peligro puestos de trabajo.
La espita de la polémica la abrió ayer el todavía ministro de Finanzas, Wolfgang Schauble, al no descartar de forma tajante esa posibilidad.
Las ediciones de hoy del popular "Bild", el de mayor tirada de Europa y cariz conservador, y del "Süddeutsche Zeitung", de centro-izquierda, ahondaban en el asunto y aportaban nuevos detalles sobre dónde se planteó esta cesión y el tamaño de las subidas, que podría subir del 42% actual hasta el 49%.
El SPD optó hoy por no pronunciarse sobre el debate impositivo, a la espera de la convención que celebrará mañana para debatir si se sienta a hablar sobre una posible gran coalición con los cristianodemócratas.
En esta convención, el máximo órgano del partido entre congresos, alrededor de doscientos delegados analizaran los resultados de los comicios, en las que lograron 25,7 % de los sufragios, y la propuesta de varias organizaciones territoriales de someter esa eventual "gran coalición" con los conservadores de Merkel al voto de la militancia.
Quienes se oponen a esa fórmula subrayan el escaso margen de maniobra que tendrían los socialdemócratas en el gobierno tras la arrolladora victoria electoral de Merkel y recuerdan su última experiencia en esa fórmula.
Fue en la primera legislatura de Merkel, cuando el SPD accedió a la Canciller como socio casi con el mismo respaldo electoral que la CDU -un 33,2 %- y obtuvo en las siguientes legislativas en el 23 % de los votos.
Por su parte, La Izquierda, tercer fuerza política con representación parlamentaria en el Bundestag tras las elecciones, insistió hoy en su oferta al SPD y a los Verdes para formar una coalición que impida un tercer mandato de Merkel.
Estos dos partidos han descartado el pacto al considerar que La Izquierda, que agrupa a los excomunistas y disidentes del SPD, no es una formación "apta para gobernar".
"La solución más decente sería que todos los partidos a la izquierda del centro preguntaran a sus bases sobre si quieren rojo-rojo-verde o más Merkel", subrayó no obstante la copresidenta de La Izquierda Katja Kipping, en declaraciones a medios locales. EFE