Gustavo Monge
Praga, 23 sep (.).- Eslovaquia es el país con mayor producción per cápita de coches del mundo -un vehículo facturado por cada cinco habitantes- y la escasez de semiconductores supone un desafío para una economía muy dependiente del motor.
El sector del automóvil representa el 13 % del PIB de Eslovaquia, -un país de 5,5 millones de habitantes- casi el 50 % de su producción industrial y el 46 % de las exportaciones, una dependencia llena de riesgos, no sólo por los problemas logísticos globales, sino también por los cambios tecnológicos.
La economía eslovaca se contrajo el año pasado un 4,8 % y este año crecerá un 5 %, según los cálculos del Gobierno. El desempleo se sitúa en el 6,9 % de la población activa.
La carestía de chips está resultando un quebradero de cabeza para un país bautizado como el "Detroit centroeuropeo", que sufre cortes en la producción y retrasos por la ausencia de componentes electrónicos.
Aunque la patronal del motor confía en que en 2021 se recupere el nivel de fabricación previo a la pandemia, cuando facturó más de 1,1 millones de vehículos en 2019, los constructores dibujan un escenario menos optimista.
RETRASOS Y LISTAS DE ESPERA
Es el caso de Volkswagen (DE:VOWG_p) Slovakia, que acumula una gran lista de espera para servir a clientes y planea, en este segundo semestre, "añadir nuevos turnos de producción donde sea posible" para completar la producción perdida durante el año, declaró a Efe Lucia Kovarovic, portavoz del fabricante alemán.
Los nuevos brotes de coronavirus en Asia, sobre todo en Malasia, están llevando a nuevos cierres de plantas de semiconductores claves, por lo que la oferta de chips se mantendrá "muy volátil y tensa en el tercer trimestre", auguró Kovarovic.
De momento, "estos días hay algunos ajustes de producción en la planta de Bratislava, y tampoco se pueden descartar nuevos ajustes", añadió la portavoz del primer fabricante eslovaco.
Además de Volkswagen, están presentes en el país el grupo francés Peugeot-Citroën, el surcoreano Kia Motors (KS:000270) y el británico Jaguar Land Rover. Un sector, además, que da trabajo a 177.000 empleados directos, y decenas de miles indirectos en profesiones vinculadas a la automoción.
Jaguar Land Rover, el último en llegar, ha limitado su producción en la ciudad de Nitra "una vez en este segundo semestre del 2021", señaló su portavoz, Miroslava Remenárová, en medio -eso sí- de "una fuerte demanda" por el nuevo vehículo Land Rover Defender y el Land Rover Discovery.
La planta "está funcionando según un modelo actualizado de tres turnos", un sistema que se "adapta regularmente en respuesta a factores externos", aseguró.
En el caso de la surcoreana Kia, no se han producido parones en su planta de Zilina desde el 9 de agosto, cuando se reanudó la producción después de la pausa estival.
"Kia Slovakia ha conseguido evitar cierres significativos de la producción", señaló su portavoz, Tomás Potocek, cuya entidad opera en el sistema estándar de tres turnos en el contexto de "una situación continuamente cambiante".
2021, UN AÑO DE RECUPERACIÓN...
Con una fabricación récord de más de 1,1 millones de vehículos hace dos años, Eslovaquia sufrió en 2020 un fuerte retroceso debido a la pandemia, pero en el primer semestre de 2021 el país recuperó los niveles de producción pese a la falta de semiconductores, según la patronal.
Aunque "el año 2021 se puede caracterizar por la crisis de los semiconductores", según dijo Ján Pribula, secretario general de la Confederación de la Industria del Automóvil eslovaca (ZAP), el país ha salido de momento bien parado.
Pribula explica que la dirección de los consorcios ha sabido "repartir de manera efectiva" las cuotas de componentes para que las "las pérdidas fueran las mínimas".
...Y DE INCERTIDUMBRE
Sin embargo, "no es posible predecir la influencia de la continua escasez de semiconductores en los fabricantes eslovacos, y el efecto en nuestro sector en este año", añade el funcionario de la patronal.
La carestía de "chips" es clave, pero no es la única limitación a la que se ha enfrentado el sector: ha habido además cortes en los suministros de granulado para producción de componentes de plástico y encarecimiento de materias primas.
En concreto, las medidas proteccionistas de la Unión Europea han hecho que se encarezcan el acero y otros metales no ferrosos, lo que ha supuesto nuevos obstáculos a superar.
También los cambios tecnológicos y el Pacto Verde Europeo demandan a la industria de automoción una transformación que puede afectar al modelo económico del país centroeuropeo, que lucha para no quedar rezagado.
Las ventas de vehículos cayeron en la UE un 32 % por ciento en 2020, lo que supone también un nuevo desafío en caso de que los patrones de movilidad se vean afectados a largo plazo.